El Juncus bufonius es una planta perteneciente a la familia de las juncáceas, conocida comúnmente como junco de sapo. Es una especie anual bastante común que se encuentra prácticamente en todo el planeta y que prospera en lugares húmedos y fangosos y es considerada una maleza en muchas regiones. Esta es una monocotiledónea anual que tiene un semblante bastante variable. Su nombre deriva del latín jungere, que significa “unir” y bufonius también del latín que significa “sapo” por crecer en sitios habitualmente habitados por estos animales. A veces se describe como un complejo de variantes etiquetadas con el nombre de una especie.
Hábitat
El Juncus bufonius es una especie cosmopolita que se puede ver en suelos sujetos a los cambios estacionales en los niveles del agua, frecuentemente en suelos arenosos o compactados, siendo también común verlos a lo largo de los caminos, por eso es considerado como maleza. Este junco se distingue por su pequeña talla y es que rara vez puede alcanzar los 20 centímetros de altura. La ausencia de aurícula en esta especie es lo que la diferencia de casi todas las juncáceas. Algo parecido a lo que sucede con el Juncus pelocarpus.
Características del Juncus bufonius
Sus flores son esencialmente simples en los nudos, a veces en cabezas de 2 a 4 y habitualmente todas surgen a un lado de una rama. Su órgano foliáceo o bráctea es pequeño, de color marrón, semejante al papel y presenta raspas en la base. En el nudo de la rama se pueden observar un par de brácteas que pueden presentarse en forma de hoja.
Sus pecíolos son algo cortos y poseen 6 tépalos (pétalos y sépalos afines) repartidos en 2 capas, una más externa de 3 a 6 mm de largo aproximadamente y una interna levemente más corta que la primera, ambas en forma de lanceolada que se va estrechando a medida que se aproxima a la punta, de color verde con ribete blanquecino trasparente. Las flores poseen un talante de 3 partes y 6 estambres, las anteras son en unos casos más alargadas que el filamento o más cortas. En ocasiones se constituyen flores autopolinizantes que permanecen cerradas y no se abren (flores cleistogámicas). El periodo de floración ocurre entre los meses de septiembre y marzo.
Con relación al tallo, este es delgado, erecto y floreciente; presenta de 1 a 2 hojas colocada de forma alterna en la extensión del tallo y por lo general pocas hojas basales, en ocasiones más, de raíces glabra y fibrosas. Las hojas de la planta pueden ser de media pulgada a cuatro de largo y hasta 1.1 mm de anchura, algo prominentes en su haz y aplanadas o canalizadas en el envés. La vaina de esta especie se puede ver abierta en la parte delantera. La punta de la vaina es redondeada pero no tiene lóbulos (aurículas) que se desarrollen por encima de la base de la hoja.
Las vainas basales son normalmente de color rojo a púrpura. Los tallos son cilíndricos en sección transversal, llanos, de erectos a postrados, corrientemente sin ramificar, excepto en los racimos de flores, generalmente múltiples desde la base y formando grupos sueltos a densos.
La fruta de la planta es de forma capsulada y tiene una sola cámara, sus medidas van de 3 a 4 mm de extensión, de un tono que va de castaño a rojizo. Las semillas son ovales-elípticas, de 0.3 a 0.6 mm de largo, de color ámbar con una red de crestas diminutas en la superficie. En general las plantas que pertenecen a la familia juncaceae no poseen mayor valor comercial, no obstante en muchos países del sudeste asiático se utiliza en la elaboración de esteras. Frecuentemente también son utilizados sus tallos y hojas, combinados con otros materiales, como el algodón y el cáñamo.