A la Lithodora fruticosa posiblemente la conozcas por su vulgar nombre de hierba de las siete sangrías, y es una planta que tiene además de una función ornamental, algunas propiedades que la convierten en una hierba utilizada en el mundo de la medicina.
Una planta que encontrarás por toda Europa y algunas regiones de África, de la cual a continuación te contaremos sus características y todo lo que debes saber. Se trata de una especie de subarbusto que no llegará a medir mucho más de un metro de altura y presenta sus tallos, que se muestran de forma erguida y con una gran cantidad de ramificaciones, que conforman una especie de red donde contiene sus hojas y flores.
Características
En sus bases y sus ramas más antiguas, presenta un color más oscuro y su corteza se encuentra resquebrajada por el tiempo. Pero en la parte más joven sus ramas tendrán un color grisáceo, que en ocasiones suele verse blanquecino.
Las hojas son en su mayoría lineales, aunque a veces pueden acercarse a la forma elíptica y pueden llegar a medir hasta 24 x 23 milímetros. Su envés se muestra de color blanco y tienen entre otras características pelos de distintos tamaños y unos nervios bien marcados que se pueden ver desde su envés,.
Posee inflorescencia con cimas que puede llegar hasta los ocho milímetros en densas fructificaciones. Las flores son la razón por la que esta es tomada en cuenta como una planta ornamental. Esto tiene que ver con que muestra unas flores con pétalos de un color azul violeta intenso, aunque en algunas oportunidades también puede presentarse de color rojizo.
Su cáliz se encuentra sobrepasado en su medida por las brácteas foliosas, así como también suele ser más corto que el tubo de su corola, mostrando en la parte externa de los lóbulos una pilosidad.
Estas pueden llegar a medir unos 15 milímetros en su longitud normal y la planta presenta gran cantidad. Estas flores podrán ser vistas por primera vez durante los meses que dan comienzo a la primavera, cuando se comenzarán a hacer ver y marcar un contraste de colores en los montes mediterráneos, más precisamente en la parte que se encuentra orientada hacia el sol.
Pero no creas que verás muchas, ya que como te decíamos antes, es una planta que suele encontrarse en ejemplares solitarios y tendrás suerte de encontrarla en su hábitat.
Los frutos de esta planta son denominados náculas, y suelen ser una o un par de semillas de una estructura casi ovoide y que puede llegar a medir entre 3,5 y 4,5 milímetros de longitud y entre unos 2 y 3,5 milímetros de ancho. Tienen un color que va desde el blanco hasta el gris oscuro.
Hábitat de la Lithodora fruticosa
Esta es una planta que podrás encontrar si te encuentras en alturas que van desde el nivel del mar hasta los 1700 metros sobre el nivel del mar aproximadamente. Son las zonas aluviales, precisamente al borde de ríos y otros tipos de corrientes de agua, donde estas se encuentran en su máximo esplendor.
Es uno de los integrantes de los matorrales xerofíticos, junto a los coscojales, los romerales, encinares y muchos otros. Pero este no es el único tipo de hábitat que resiste, ya que también se le suele ver en margas yesíferas y hasta incluso en yesos.
Su grado de protección no es precisamente el más alto y esto tiene que ver entre otras cosas con que la Lithodora fruticosa no forma de colonias grandes, sino que por el contrario, se encuentran por lo general distintos individuos de manera aislada.
Esta es una de las razones por las que esta planta no forma parte de la nominada especie de bajo protección, aunque en determinadas ocasiones se integra al inventario florístico del hábitat.
El lugar donde sin dudas se encuentra la mayor protección de este tipo de plantas es en los jardines en los que se la utiliza de manera ornamental, debido a su gran belleza por el vívido color de sus flores, algo que es muy tenido en cuenta por diseñadores de paisajes y el mundo de la jardinería.
Distribución
Si bien se desconoce su origen certero, se sabe que los primeros indicios de esta planta se encuentran en los Andes suramericanos, más precisamente en países como Colombia, Ecuador y Venezuela.
Aunque es una planta de la que se debe tener precauciones a la hora de su traslado, por la presencia de glucósidos, en la actualidad se puede encontrar en todas partes del mundo, pero principalmente en Europa, en el Sudeste de Francia, España y en el Noroeste de África, más precisamente en Marruecos y Argelia.
Dentro de España, es una especie a la que se la puede ver con frecuencia dentro del Parque Regional del Sureste, en la Comunidad de Madrid, y en la Reserva Natural El Regajal-Mar, aunque también la podrás ver en distintos ambientes de la península ibérica, siempre de manera poco frecuente, pero presente.
Usos medicinales
No solamente por sus características ornamentales es que esta planta es muy conocida, sino que es aún más popular por sus propiedades dentro de la medicina. Son sus propiedades para tratar afecciones relacionadas al sistema circulatorio lo que hace de esta una de las plantas utilizadas en diferentes tipos de terapias.
Los primeros en darle un uso medicinal que trascendería las generaciones de esta planta fueron los indios, quienes la utilizaban para tratar ciertas afecciones como pueden ser los dolores reumáticos, bajar la fiebre, para el asma, la laringitis, las verrugas y otros tipos de dolores.
Esto tiene que ver específicamente con que la Lithodora fruticosa posee propiedades de carácter antibiótico. Con el paso del tiempo, siempre ha quedado marcada como una planta medicinal, dándosele otros nombres como hierba de las siete sangrías, asperones, planta sangría, hierba de la sangre, entre muchas otras nominaciones, que tienen que ver con sus características.
Entre sus propiedades más importantes, esta tiene el poder de reconstruir la sangre, por lo que se le da mucha importancia dentro del ambiente de la salud para aquellas personas que poseen bajos niveles de hemoglobina, además de para personas que padecen rubiola o lechina, que se utiliza de forma tópica.
A esta planta se le conocen propiedades antisépticas, desinfectantes, anticatarrales y febrífugas y sus virtudes hacen que sea una de las plantas tomadas en cuenta para rebajar la sangre.
Se sabe que sus propiedades curativas también son aplicadas para combatir ciertos tipos de enfermedades como la anemia, la varicela y la migraña y en estos tiempos se ha utilizado también debido a sus propiedades antibióticas para el tratamiento de la fiebre Chikunguña.
Las virtudes de esta hierba se aprovechan mejor bebiéndolas como una infusión y para prepararla solo necesitaremos unos pocos gramos por litro, llevándola a hervor y luego realizando un filtrado, dejándola reposar hasta que entibie. Este cocinado tiene que ser el correcto, para que la hoja no libere cianuro de sus glucósidos.