Cuidados de la orquídea phalaenopsis schilleriana

La orquídea y sus cuidados necesarios phalaenopsis schilleriana

Las orquídeas son plantas muy populares entre los amantes de la jardinería, pero ya sabemos que pueden llegar a resultar algo delicadas de cuidar. No obstante, no todas las variedades son iguales. La phalaenopsis schilleriana es algo más resistente y puede ser una buena elección para quienes desean iniciarse en el cuidado de esta variedad de plantas.

También conocida como orquídea mariposa, alevilla u orquídea boca, por sus flores de aspecto exótico. Si te gusta y quieres tenerla en casa o en la oficina para que alegre tu día, presta atención a sus características y a los cuidados que necesita.

El origen y las principales características de la phalaenopsis schilleriana

¿De dónde proviene la hermosa orquídea phalaenopsis schilleriana?

Existen muchas especies dentro de la familia Orchidaceae, pero la orquídea mariposa es una de las más populares. Tiene su origen en Filipinas y en algunas regiones de Australia, donde puede crecer en zonas húmedas y montañosas.

Dado que es una variedad epífita, no necesita anclarse al suelo. Las raíces utilizan otros árboles o plantas para agarrarse a ellos y crecer desde allí, pero sin obtener los nutrientes de la planta que les hace de “base”. Esto provoca que sus raíces sean especialmente fuertes y que tengan la capacidad de hacer la fotosíntesis. De hecho, si revisas sus raíces, te darás cuenta de que son de color verde, algo que no es habitual en otras plantas.

Por lo que se refiere al aspecto general de la planta, podemos destacar:

  • Hojas. Esta orquídea tiene unas hojas gruesas y carnosas de color verde oscuro. Crecen en una zona cercana a las raíces, pero no son muy numerosas. Por lo que se refiere a su tamaño, pueden alcanzar hasta 50 cm de longitud y su anchura ronda los 10 cm.
  • Flores. Sin duda, lo más espectacular de la phalaenopsis schilleriana son sus flores. Cada flor está compuesta de varios pétalos y sépalos, con un labio central que nos recuerda a un pequeño saco, y que es el punto focal de la flor, ya que suele tener un color a contraste con el resto.
  • Hábito de crecimiento. Estamos ante una planta monopodial, lo cual implica que crece verticalmente a partir de un único punto. Un tallo largo se desarrolla desde la base en la que están las hojas y, con frecuencia, es necesario tutorizarlo para que pueda mantenerse erecto.
  • Tamaño. Esta orquídea tiene un tamaño muy moderado, no suele superar los 30-45 cm de longitud, lo que la hace ideal para cultivar en macetas y en interior.

Cuidados básicos de la phalaenopsis schilleriana

¿Qué cuidados necesitas darle a la phalaenopsis schilleriana para que florezca en tu maceta?

Esta no es una variedad que tengamos que plantar profundamente en sustrato como hacemos con otras plantas, y eso hace que sus cuidados sean un poco diferentes a los que estamos acostumbrados a darle a otras especies vegetales que tenemos en casa.

Luz y ubicación

La orquídea mariposa prefiere una ubicación en la que reciba varias horas de luz brillante, pero no directa, cada día. El comportamiento de la planta te dirá si está recibiendo la luz necesaria. Si ves que las hojas empiezan a presentar daños, es que los rayos solares le llegan con mucha incidencia.

Una buena ubicación para una maceta con una phalaenopsis schilleriana es cerca de una ventana que esté orientada al este o el oeste, y mejor si la luz se filtra a través de una cortina.

Temperatura

Por su origen, ya te habrás dado cuenta de que esta es una planta a la que le gustan las temperaturas cálidas. Crece bien en lugares en los que el rango de temperaturas oscila entre los 18º y los 27ºC. Por la noche, es recomendable no dejar la maceta en un lugar cuya temperatura baje de los 16ºC.

Estamos ante una variedad que no tolera nada bien el frío, por lo que es importante darle una buena protección.

Lo que sí requiere es un poco de humedad. Para aportársela, puedes colocar cerca una bandeja con unos guijarros y un poco de agua. Al evaporarse el agua, le aportará a la planta la humedad que necesita.

Riego de la phalaenopsis schilleriana

El riego de las orquídeas debe ser especialmente delicado. Hay que aportar agua con moderación, dejando que el sustrato se seque ligeramente entre un riego y otro. En la práctica, esto implica, en la mayoría de los casos, regar una vez a la semana.

Lo que es fundamental es que la maceta tenga orificios de drenaje, para garantizar que las raíces no se van a quedar encharcadas.

Sustrato y abono

Estas plantas requieren un medio de plantación muy ligero y con una excepcional capacidad de drenaje. Lo más sencillo en este caso es que compres sustrato específico para orquídeas, que tiene buenas cualidades de drenaje y de aireación.

Durante la temporada de crecimiento activo, que va de primavera a otoño, es recomendable que le aportes un poco de abono a la planta. Lo puedes hacer a través de un abono específico y aplicado siempre conforme a las instrucciones del fabricante.

Poda de esta orquídea

Una de las ventajas de la phalaenopsis schilleriana es que no necesita poda. Las flores y las hojas marchitas se caen de manera natural, y es bueno dejarlas justo donde han caído, porque así le aportan nutrientes a las raíces.

Trasplante de esta variedad

Aprende a transplantar los hijos de una phalaenopsis schilleriana

La phalaenopsis schilleriana requiere un recipiente en el que sus raíces estén más o menos compactadas, por lo que la maceta no debe ser mucho más grande que el diámetro de las raíces.

Además, en estos casos suele optarse por macetas de plástico transparente, ya que así las raíces pueden recibir luz y hacer la fotosíntesis, contribuyendo a que la planta crezca más fuerte y sana.

El trasplante solo debes abordarlo durante la época de reposo vegetativo, es decir, durante los meses del invierno. Procura no apretar demasiado las raíces, deja que la planta se adapte a su nuevo entorno de una manera lo más natural posible.

Tras la operación de cambio de maceta, controla mucho el riego para no excederte, no apliques abono durante unas semanas, y procura proteger la planta de luces muy intensas.

Con los cuidados adecuados y mucho cariño por tu parte, la phalaenopsis schilleriana lucirá un aspecto espectacular. ¿Te animas ahora a darle una oportunidad?


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