Tomatillo silvestre (Physalis philadelphica)

tomatillo o Physalis philadelphica abierto por la mitad

La planta Physalis philadelphica, pertenece a  la familia de Solanaceae,  es llamada también ‘tomate verde, de milpa, tomatillo silvestre o de cáscara’; especie con una amplia variedad genética.

Esta se distribuye en todo el territorio mejicano a una altitud entre los 8 hasta los 3.350 msnm; ​reconociéndose ocho categorías: Arandas, Manzano, Milperos, Puebla, Rendidora, Salamanca, Silvestre y Tamazula. Las mismas no se han estudiado agronómica y genéticamente.

Características

planta llamada tomatillo o Physalis philadelphica

En las Antillas, Centroamérica, Sudamérica y los Estados Unidos fue introducida de forma accidental.  Esta planta de 1 m de alto, ramificada, de flores solitarias, tallo liso y redondo con hojas de 1.5 – 4.5 cm de ancho por 3.7 – 7.9 cm de largo, cuyo fruto es una baya de 1.5 cm de diámetro, es conocida y cultivada por los aztecas desde tiempos precolombinos.

Florece anualmente y es común en sembradíos, cultivos de riego, a orillas de caminos, suelos húmedos y acequias. Su fruto es comestible con un sabor algo ácido;  se usa medicinalmente o  como forraje. Crece en suelos con pH ácido, alcalino o neutro; con textura arcillosa y húmeda, aunque es susceptible de los charcos de agua, por ello el drenaje del área donde se plante es muy importante.

Usos de la Physalis philadelphica

Este es más viejo que el jitomate, su uso en Mesoamérica era común en la elaboración de salsas, cuando acompañaba al chile el carácter picante de este se reducía.  Con el tomate crudo o cocinado se hace picadillo y puré que sirve de base; tal es el caso de la salsa verde que se emplea en guisos o como acompañante de comidas.

La deshidratación del fruto para su conservación es muy común, y dura más de tres meses. El procedimiento es sencillo, únicamente se expone al sol por un tiempo determinado. Según los entendidos el precio del tomate secado es mayor.

Su nombre deriva del náhuatl ‘tomatl’, palabra que se usa generalmente para plantas con bayas, de pulpa acuosa y muchas semillas. También a la forma silvestre se le llama ‘tomate de milpa o miltomatl’ más pequeño que el habitual.

Al tomate se le atribuyen infinidad de propiedades medicinales. El fruto y las hojas son beneficiosos para los dolores de estómago, cabeza y la molestia causada por las hemorroides. El jugo sirve para la infección de garganta; las paperas se curan untando el fruto con sal y colocándolo como una compresa.

una planta que da una especie de tomates muy diferentes al resto

Para la diabetes son recomendados los cálices cocidos; estos además ablandan las carnes, son saborizantes y contrarrestan la caída del cabello. Para combatir las arrugas y la resequedad de la piel. El resfriado en los recién nacidos y la nube en los ojos, se alivian empleado el zumo del tomate. La raíz calma los cólicos, la diarrea y las crisis gastro hepáticas; también es diurético.

El tomate sufre diversas enfermedades y lo atacan plagas como parásitos,  gusanos que se incuban en la flor, e insectos (áfidos) que suelen exterminarse con insecticidas y productos químicos. Las heladas y lluvias dañan el fruto, causando pérdida total o parcial de la cosecha.

Una de las características más sobresalientes del género Physalis es su cáliz globular, el cual durante el proceso de maduración recubre la fruta. Entre las hortalizas de gran valor e importancia económica de México, el tomate de cáscara ocupa el quinto lugar de acuerdo a la zona de cultivo. Es en este país donde hay una marcada diversidad, y esto se debe a la riqueza de la especie ubicada en su territorio.

Han surgido polémicas de tipo taxonómico para aplicar técnicas de producción y valerse de sus especies silvestres, las cuales poseen un valor nutricional indiscutible, y a su vez condensan sustancias con inigualable costo medicinal, tales como los withanolides de gran poder anticancerígeno; los flavonoides que sabemos son antioxidantes naturales, las vitaminas y el ácido fólico que se concentran en este fruto y hacen de Physalis philadelphica una variedad atractiva para los investigadores del país de origen.

En la dieta del mejicano, el tomate está presente desde tiempos remotos. Así se  demuestra en los estudios arqueológicos hechos durante las excavaciones en el Valle de Tehuacán donde se hallaron rastros de que la población, se alimentaba de plantas, entre ellas la Physalis philadelphica.


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