Uno de los cuidados más importantes que deberemos de proporcionarles a nuestras plantas aromáticas es la poda. Si no lo hiciéramos, terminarían creciendo de una manera muy desgarbada, y no producirían tantas hojas como nos interesaría.
Teniendo esto en cuenta, al terminar de leer este artículo sabrás todo sobre la poda de plantas aromáticas: cuál es la mejor época, cómo se hace,… y mucho más.
¿Qué son las plantas aromáticas?
Las plantas aromáticas son hierbas, arbustos y sub-arbustos cuyas hojas desprenden un agradable aroma, y que se pueden usar para dar sabor a los platos. La mayoría de ellas pueden tenerse tanto dentro de casa como en el exterior, por lo que a menudo se plantan en macetas o jardineras. Algunos ejemplos son la lavanda, el laurel, la hierbabuena, o el tomillo.
Los cuidados generales que necesitan son:
- Riego: cada 2 días en verano, y cada 4-6 días el resto del año.
- Abonado: desde primavera a verano, con abonos orgánicos. Si están en tierra podemos usar abonos en polvo, como estiércol o humus de lombriz, echándoles una capa de 2-3cm de grosor cada mes; por otra parte, si están en maceta usaremos abonos líquidos, siendo especialmente recomendable el guano por su rápida eficacia.
- Trasplante o época de plantación: en primavera.
Poda de las plantas aromáticas
La mejor época para podarlas es cuando terminen de florecer. Para ello, puedes usar unas tijeras de poda como las que ves en la imagen superior si se trata de plantas leñosas (como el laurel), o bien unas tijeras para podar flores en el caso de que sean herbáceas o tengan los tallos muy delgados, de menos de 0,5cm de grosor.
Con ellas hay que cortar aquellos tallos que se vean débiles o enfermos, y también los que estén rotos. Además, se debe de rebajar la altura de la planta, dejando crecer entre cinco y seis pares de hojas y cortando 2 o máximo 3.
Así tus plantas crecerán con mucha más fuerza 🙂 .
Sé el primero en comentar