La siembra es una experiencia muy enriquecedora. De ella puedes aprender mucho sobre la naturaleza, y sobre como, a pesar de los peligros que acechan a las jóvenes plantas, ellas hacen todo lo posible por seguir adelante. En este sentido, las plantas y el resto de los seres vivos -incluyéndonos a nosotros- somos muy similares, ya que también tenemos que enfrentarnos a una serie de problemas que nos fortalecerán.
Pero claro, si les ayudamos un poco… pues mejor, ¿verdad? Así conseguiremos tener un mayor número de ellas. Así que veamos cómo proteger las semillas recién germinadas.
Prevención de hongos
Azufre en polvo
Si hay un enemigo que siempre está al acecho y que puede acabar con la ilusión de todo jardinero ese es el hongo. Son muy difíciles de erradicar, hasta el punto de que la mejor curación es la prevención, y más cuando se trata de semillas que acaban de germinar. Son plantas que aún están muy débiles, y cualquier error en el cultivo, puede ser fatal.
Afortunadamente, contamos con los fungicidas, que podemos encontrar en viveros, tiendas de jardinería e incluso en almacenes agrícolas. A grandes rasgos, se distinguen los líquidos, y aquellos que son como polvo, como el azufre o el cobre. Cualquiera de ellos bien utilizado, es decir, aplicado según las indicaciones del fabricante, ayudará a mantener alejados a estos fungosos compañeros. Además, es recomendable conocer el uso de otras plantas que resisten mejor a estas enfermedades, como por ejemplo, el berberis vulgaris.
Buscando la ubicación ideal
Las semillas que acaban de germinar son muy sensibles a los cambios de ubicación, por lo que si han germinado en sombra y las pasamos directamente al sol, enseguida se quemarán. Además, también pueden verse afectadas si las teníamos en el interior y las sacamos al patio.
Para evitar riesgos, hay que acostumbrarlas a su nueva ubicación poco a poco. Esta ubicación será distinta si las especies son, digamos por ejemplo, Acer palmatum, que prefiere estar en una exposición sombreada, o Ficus carica, que por el contrario necesita estar a pleno sol. Así, durante 15-30 días debemos de dejar a las semillas recién germinadas cada vez más tiempo en su nuevo lugar, empezando por una hora por la mañana, e ir aumentando el tiempo a razón de 1-2 horas.
Precauciones con el riego
No podemos negarlo: ¿quién ha logrado controlar el riego completamente? No todos los años climáticos son iguales, por lo que es imposible saber cuánta cantidad de agua necesitan las plantas. Aún así, sí que podemos hacernos una idea si comprobamos la humedad del sustrato: si introducimos un palo de madera en la maceta y, al sacarlo, sale prácticamente limpio, entonces tendremos que regar. Pero, ¿qué usamos para ello? ¿Regadera o pulverizador? Depende.
Si hemos usado un sustrato poroso, como perlita, akadama, etc., es más recomendable usar el pulverizador; en cambio, si las semillas están en turba, procederemos a regar con una regadera o, si lo preferimos, con una botella de agua a la que le habremos hecho algunos agujeros en el tapón. Aprender más sobre la importancia del sustrato puede ser útil, especialmente si piensas en cómo germinar semillas correctamente.
Con estos métodos para proteger las semillas recién germinadas, seguro que todas saldrán adelante .
Hola: Como combato la peste de la cochiniya en la santa rita, la rocie con glucosan varias veces y con vinagree blanco con agua al 50 % y no swe va.Gracias
Hola Carlos.
Te recomendamos entonces adquirir un insecticida anti-cochinillas. Cuando los remedios naturales no funcionan, es buena idea hacer uso de los químicos. Eso sí, sigue las indicaciones especificadas en el envase.
Saludos.
Excelente articulo.
Nos alegra mucho saber que te ha sido de interés 🙂