El purín de ortigas es conocido por su uso en la agricultura y la horticultura como fungicida e insecticida de origen natural. A partir de las ortigas, a las que comúnmente catalogamos de malas hierbas, podemos darle a nuestras plantas un cuidado natural excepcional.
Vamos a ver con más detalle qué es este producto que incluso podemos elaborar de forma casera y cómo le podemos sacar el máximo partido posible.
¿Qué es el purín de ortigas?
Nadie quiere tocar una ortiga, porque sabemos que solo con rozarla van a aparecer los picores y las molestias. Por eso, esta es una planta que deseamos tener lo más lejos posible. Sin embargo, resulta ser un producto natural muy útil para cuidar de esas variedades de plantas y flores que sí nos gusta tener a nuestro alrededor.
La ortiga se adapta a prácticamente cualquier terreno y clima, por lo que se puede encontrar en casi todo el mundo. Por ello, en todas las culturas se viene utilizando como remedio frente a diferentes males desde hace ya siglos. Por ejemplo, en Europa durante la Edad Media, se recurría a ella para tratar problemas digestivos.
Más adelante, se exploró su uso en la fabricación de fibras textiles, y en la agricultura el purín de ortigas tiene una larga historia como abono y también como insecticida.
Se trata de una preparación líquida que se elabora con hojas frescas de ortiga que se dejan fermentar con agua durante unos días. No obstante, aunque estamos hablando de un producto natural, conviene aplicarlo siempre con precaución porque una gran cantidad del mismo podría acabar dañando las plantas por su alto contenido en nitrógeno.
¿Para qué sirve el purín de ortigas?
Este producto puede convertirse en el mejor aliado para cuidar de tu huerto y también de tus plantas ornamentales. En cuanto descubras todos sus usos, estamos seguro de que será imprescindible para ti.
Ten en cuenta que la ortiga es una planta rica en micronutrientes como el calcio y el manganeso, pero también en bacterias , lo que ayuda a que el nitrógeno se fije al suelo y estimula el metabolismo de las plantas. Además, contiene hormonas que ayudan en el crecimiento de las raíces, las hojas, las flores y los frutos, estimulando la resistencia de la planta frente a los ataques de insectos y de hongos.
Fertilizante líquido
En la agricultura el purín de ortigas se emplea mucho a modo de fertilizante, porque las ortigas fermentadas dan como resultado un producto cargado de nutrientes como el nitrógeno, el potasio y el hierro, que son esenciales para un crecimiento sano de todo tipo de plantas.
Si lo aplicamos de manera diluida en el agua de riego, en poco tiempo notamos que nuestras plantas crecen más rápido y de manera más saludable.
Fertilización foliar
La mayoría de los fertilizantes industriales solo se aplican en el suelo, pero la particularidad del purín de ortigas es que lo podemos usar como fertilizante foliar. Es decir, que lo podemos rociar directamente sobre las hojas de las plantas.
Lo que conseguimos con ello es una absorción más rápida de los nutrientes. Pero como no todas las plantas llevan bien lo de recibir humedad en sus hojas, lo más recomendable es utilizar únicamente el purín de ortigas en ellas cuando veamos que necesitan una dosis extra de nutrientes.
Repelente de insectos
Durante siglos este producto se ha utilizado como repelente de insectos natural, porque su olor resulta desagradable a muchos de los insectos que suelen estar alrededor de nuestras plantas.
Ya sabes que a las plantas no les viene mal tener un poco de vida animal cerca de ellas, el problema surge cuando el número de insectos es tal que se convierte en una plaga, porque esto puede causar la muerte de las especies vegetales. En estos casos, puedes poner el purín de ortiga en un aerosol y rociarlo sobre las plantas. En unos días te habrás olvidado de la plaga por completo.
Estimulante de la resistencia
La bomba de nutrientes que aporta este producto a las plantas es tan grande, que hace que estas se vuelvan mucho más resistentes frente a las plagas y frente a las enfermedades. Con el purín de ortigas puedes tratar incluso las infecciones fúngicas.
Otro punto a su favor es que aplicar este producto natural reduce la necesidad de acudir a pesticidas y fungicidas químicos, que son más caros y más dañinos para las plantas, así como para el medioambiente en su conjunto.
Aumenta la actividad microbiana del suelo
Este abono natural actúa sobre las plantas y también sobre el medio de plantación. Porque estimula la actividad de los microorganismos beneficiosos.
El resultado es un suelo más saludable y más rico en nutrientes, en el que nuestras plantas van a crecer mucho mejor.
¿Cómo aplicar el purín de ortigas?
Como dijimos antes, este es un producto que, aunque muy beneficioso, debe aplicarse con moderación y teniendo en cuenta ciertas proporciones:
- Fertilizante líquido. Diluye una porción de purín de ortigas por 10 partes de agua. Aplica únicamente en la etapa de crecimiento de las plantas, que suele ir de primavera a verano. En la medida de lo posible, evita su aplicación durante la floración o cuando las plantas están dando frutos.
- Fertilizante foliar. Diluye una parte de purín por 20-30 partes de agua, y aplica con ayuda de un rociador durante la temporada de crecimiento de las plantas, preferiblemente en las primeras horas de la mañana o al anochecer.
- Repelente de insectos. En este caso se diluye una parte de purín por cinco o 10 partes de agua y se rocía sobre las hojas y los tallos. Prestando especial atención a aquellas zonas en las que hayas percibido una mayor presencia de insectos. En primavera y verano, cuando los insectos están más activos, puedes aplicar este insecticida de manera preventiva, pero espaciando su uso a lo largo de los días.
El purín de ortigas es un buen aliado para cuidar de tu jardín y de tu huerto. ¿Lo has utilizado alguna vez? Puedes compartir tu experiencia con nosotros a través de los comentarios.