Conseguir una auténtica obra de arte con unas pocas flores, hojas y un soporte no es difícil. Pero cuando te pones a mirar imágenes de ikebana te das cuenta de que, tal vez, necesitarás más tiempo del que creías para obtener una maravilla como ella.
Y es que todo el conjunto tiene un significado que debe de respetarse. Por eso, sólo los mejores son llevados a las exposiciones. Pero, ¿qué es exactamente un ikebana?
¿Cuál es su historia?
La historia del ikebana comenzó en el siglo VI, con la llegada del budismo en Japón a través de Corea y China. Por entonces un sacerdote budista de nombre Ono-No-Imoko no terminaban de gustarle los arreglos florales que los otros sacerdotes hacían en el altar de Buda, de modo que comenzó a experimentar con arreglos que simbolizaban el universo. En sus diseños, las flores y ramas se dirigían hacia arriba, y se disponían en grupos de tres representando así la relación entre el cielo, el hombre y la tierra.
Tras su muerte, se continuaron haciendo arreglos florales; sin embargo no fue hasta finales del siglo XV, con la explosión de desarrollo artístico, que Japón crearía su arquitectura tradicional. La poesía haiku, la jardinería japonesa, el teatro noh y las primeras escuelas de ikebana se crearon en esta época.
En el siglo XVI se crearon reglas precisas y complicadas para los arreglos florales: surgió el estilo Rikka, que se usaba para las ceremonias; el Nageire, que era más fácil, y el Shoka, más ortodoxo. Éste último se dividiría en dos en 1977: Shofutai, que es el tradicional, y el Shimputai, más libre y expresivo.
¿Qué es el ikebana?
Es posible que te preguntes por qué no he empezado el artículo por aquí, ¿verdad? Pero he creído necesario explicarte primero la historia para luego responder a esta pregunta. El ikebana es mucho más que un simple arreglo floral. Se trata de una disciplina basada en el respeto a la naturaleza.
Es una composición decorativa en la que se utilizan sobretodo flores, pero también ramas, hojas, frutos y semillas con varios propósitos: el principal es el estético, pero también sirve como método de meditación pues está conectado con las estaciones y con la vida misma.
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