¿Te imaginas una rosa que cuando ves su capullo y primeros pétalos es de color salmón y, cuando abre del todo, es roja carmesí? Pues no es ninguna fantasía, en realidad existe y se trata de la rosa Benjamin Britten.
Pero, ¿qué sabes de ella? Si la acabas de conocer, y te ha llamado mucho la atención, a continuación te dejamos toda la información que hemos encontrado sobre ella así como los cuidados que debes proporcionarle para tenerla en tu jardín. ¡No te lo pierdas!
Cómo es la rosa Benjamin Britten
Por lo que sabemos, la rosa Benjamin Britten fue creada por el rosalista de Reino Unido David Austin. Este logró sacar este cultivar en 2001 cruzando una rosa Charles Austin con una panta de semillero. Así, surgió un rosal arbustivo de máximo 120 centímetros de altura. Sus hojas y tallos son de color verde oscuro y más bien tirando a mates.
Pero lo que más destaca y donde podemos encontrarnos un porte espectacular es en sus flores. Estas empiezan siendo de un color anaranjado pero, conforme la rosa se va abriendo, cambia de color a un rojo más fuerte. En total, están compuestas por unos 41 pétalos y el diámetro medio es bastante grande comparado con otras rosas (hablamos de 2,25″).
Suele echar las flores en grupos pequeños y el arbusto tiene un porte de copa, con lo que tendrá un tronco (o varios) casi pelado para, en la copa, tener las ramas, hojas y flores. Y en cuanto al aroma, que sepas que es muy intensa. Aquellos que disfrutan de ella lo califican como una fragancia afrutada y combinada con pera y vino.
Desde 2001 la rosa ha evolucionado y se ha distribuido a todo el mundo. Por eso hoy en día es bastante fácil de encontrarla en las tiendas, sobre todo online. Ahora bien, debemos advertirte de que el precio puede no ser tan barato como con otras rosas más comunes. Por eso, si vas a adquirir uno conviene que conozcas cuáles son los cuidados más importantes para que no se te vaya a morir.
Cuidados de la rosa Benjamin Britten
Tener un rosal Benjamin Britten no es difícil. Cuidarlo sin saber nada de él puede que sí. Por eso, para evitar que se te pueda morir, o que tengas problemas para que florezca, aquí te vamos a contar cuáles son los cuidados más importantes y cómo debes proporcionárselos. ¿Vamos a ello?
Ubicación y temperatura
Como el resto de rosales, el rosa Benjamin Britten necesita de la luz solar directa. Es decir, vas a tener que ponerlo en el sol para que se desarrolle, crezca y florezca de manera adecuada. Si lo compras pensando que en interior se puede adaptar, hemos de decirte que no es así. Puedes ponerlo en un balcón, en una terraza, pero siempre en lugares donde tenga un mínimo de 8 horas de luz directa. Por eso es que es mejor plantarlo (bien en maceta o en el suelo) en un lugar donde casi esté todo el día con la luz del sol.
En cuanto a la temperatura, es un rosal que aguanta muy bien el calor, pero también el frío. Si bien las heladas no las lleva demasiado bien y a veces es necesario protegerlo (no solo en las ramas, sino también en las raíces, con una malla protectora que mantenga el calor en la tierra.
Sustrato
La tierra que necesitará el rosa va a ser una que tenga un buen drenaje y que además mantenga la humedad. Por eso, una mezcla de sustrato universal, humus de lombriz (o similar) y arena, arcilla expandida o perlita puede ser una buena combinación.
Eso sí, si vas a trasplantarla, que sea en los meses de marzo a mayo, o bien de septiembre a noviembre. Si además le incluyes un poco de compost mucho mejor porque le darás un abonado extra que no le vendrá mal.
Riego
El riego en el rosal Benjamin Britten es moderado. Eso quiere decir que, por norma general, se regará en verano cada 1-2 días (dependerá del calor que haga) mientras que, en otoño e invierno, con un par de veces a la semana será más que suficiente (menos si tienes una humedad alta donde vives).
Abonado
Durante los meses de primavera y verano sí le viene bien que, al menos una vez cada dos meses, le añadas un poco de abono para rosales. Empieza con una dosis media, ve subiendo hasta mitad del verano y luego rebajando de nuevo. Así conseguirás no pasarte con la fertilización ni desgastar a la planta.
Poda
La poda suele llevarse a cabo en varias fases. La de formación tiene lugar en enero o febrero y es para cortarle las ramas según la forma que quieras que tenga este rosal. Además, deberás quitar las ramas rotas, muertas, que se entrecrucen, etc.
Por otro lado tienes la poda de mantenimiento, que deberás hacerla todo el año para eliminar flores que no sirven o para que mantenga la forma que le has dado.
Plagas y enfermedades
Esta rosal en concreto es uno de los más resistentes, así que no tendrás mucho problema con él. Eso sí, cuidado con la iluminación y con el riego porque puedes provocarle enfermedades sin darte cuenta.
Aun así, conviene que le eches un vistazo de vez en cuando en busca de caracoles, babosas o arañas que sí pueden debilitar el rosal. A modo de prevención, deberías utilizar algún producto para mantener a raya las plagas.
Multiplicación
Si quieres propagar la rosa Benjamin Britten puedes hacerlo a través de esquejes. Cuando vayas a podar selecciona algunos que puedan valerte y plántalos en maceta siguiendo los mismos cuidados que un ejemplar adulto. No siempre te van a salir adelante pero, si lo hacen, tendrás un nuevo rosal que tardará unos años en dar flores, pero merecerá la espera.
Ya sabes que todos los cuidados deberás adaptarlos al rosal que tengas ya que dependerán de muchos factores. Pero si sigues las bases que te hemos dejado podrás disfrutar de la rosa Benjamin Britten por mucho tiempo (y su mágico cambio de color). ¿Conocías esta variedad de rosas?