Salvia elegans, salvia de piña, planta mirto o hierba del burro. Todos estos nombres sirven para denominar a una misma planta. En realidad, es más bien una hierba de carácter perenne, que es muy popular por sus brillantes flores rojas y por su particular olor a piña.
¿No conoces esta variedad? Pues prepárate para descubrir todo lo esencial sobre su morfología y los cuidados que necesita. Así, si decides tenerla en tu jardín, conseguirás que esté lo más bonita posible.
¿De dónde procede la salvia elegans?
Este tipo de salvia es originaria de la zona de México y América Central. Suele prosperar en hábitats montañosos, con suelos bien drenados y unas condiciones medias de humedad. También es habitual verla en zonas boscosas, cerca de arroyos.
La variedad de condiciones climáticas y de altitud que se dan en su lugar de origen, ha llevado a la salvia a evolucionar en variedades perfectamente adaptadas a diferentes ubicaciones y climas.
Características que identifican a la salvia elegans
Esta planta herbácea perenne pertenece a la familia de las Lamiáceas. Y, además de tener un alto valor estético, en su lugar de origen es muy apreciada por sus usos culinarios y medicinales. Y es que tanto sus hojas como sus flores se utilizan para dar sabor a diferentes platos y bebidas.
En cuanto a sus propiedades medicinales, dentro de la medicina tradicional siempre se han reconocido a la salvia propiedades calmantes y antidepresivas.
Otro factor a tener en cuenta, es que la salvia de piña tiene un gran atractivo para los insectos polinizadores como las mariposas. Contribuyendo así a promover la biodiversidad dentro de los jardines.
A nivel morfológico, de ella podemos destacar lo siguiente:
- Hojas. Las hojas de esta salvia son especialmente distintivas. Son hojas ovaladas y alargadas, con un borde ligeramente dentado, en color verde oscuro. Cuando se las aplasta o se frotan entre sí, desprenden un inconfundible olor a piña.
- Flores. Las flores de la salvia elegans son uno de sus rasgos de identidad más fácilmente identificables. Son flores llamativas de color rojo, que ofrecen un fuerte constraste con el verde de las hojas. Su forma tubular facilita el trabajo de los polinizadores. La floración se da desde el verano y hasta el otoño. Lo cual le añade un toque de color al jardín, justo en el momento en que las flores de otras plantas empiezan a marchitarse.
- Tamaño. Esta planta tiene un porte moderado, pudiendo alcanzar entre 60 y 90 centímetros de altura. Es una planta con un crecimiento relativamente rápido, pudiendo alcanzar su máxima longitud en tan solo una temporada de crecimiento. Por eso, resulta una buena elección para llenar esos huecos del jardín que están vacíos y con los que no sabemos muy bien qué hacer.
¿Cómo cuidar la salvia elegans?
Es una planta bastante resistente, y con unos cuidados sencillos puedes conseguir que crezca rápido, fuerte y sana.
Condiciones de luz
Para un crecimiento y una floración óptimos, es mejor que la salvia elegans esté a pleno sol, aunque también puede sobrellevar bien la sombra parcial. No obstante, en estos casos podremos apreciar que su crecimiento es más lento y que no tiene tantas flores como podría llegar a dar.
Requisitos de temperatura y humedad
Esta es una planta amante del calor, por lo que prospera mejor en lugares con climas cálidos. Como decíamos antes, no debes tener miedo a exponerla a pleno sol, porque esto no es malo para ella.
Si resides en un lugar con inviernos muy fríos, es recomendable que la plantes en una maceta. De esta forma, cuando llegue el frío, puedes desplazarla a un lugar en el que esté más resguardada.
Incluso si la tienes plantada en el suelo, procura darle algo de protección frente al viento, ya que sus tallos no son demasiado fuertes y pueden llegar a quebrarse.
Por lo que se refiere a la humedad, durante los meses secos es bueno aportar un poco de humedad extra. Rociándola ocasionalmente con un rociador, o colocando cerca de ella un pocillo con unos guijarros y un poco de agua.
Cómo regar la salvia elegans
Esta es una planta que puede resistir en cierta medida las épocas de sequía, pero, si te es posible, aplica un riego moderado, ya que así contribuyes a un mejor crecimiento. Como suele pasar con otras plantas, tras la plantación es conveniente que riegues con algo más de frecuencia, hasta que veas que se ha asentado en el terreno.
Para el riego, aporta agua directamente al sustrato, pero sin llegar a encharcar. En verano es mejor regar a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde, para reducir la capacidad de evaporación del agua y que la tierra pueda absorber la humedad de manera más efectiva.
Tipo de suelo adecuado para la salvia piña
A pesar de ser una planta muy adaptable, el sustrato más adecuado para ella es aquel que tiene unas buenas propiedades de drenaje y de aireación. Aunque puede vivir en suelos ácidos o alcalinos, es preferible que el pH sea ligeramente alcalino, de entre 6.0 y 7.5.
La mezcla recomendada para el medio de plantación de esta variedad sería la formada por sustrato, compost, perlita o arena gruesa. El resultado es una tierra con buena capacidad de drenaje y muy ligera.
Además, ten en cuenta que no es necesario que la plantes directamente en el suelo. Esta salvia puede vivir perfectamente en una maceta, siempre y cuando se ajuste a su tamaño.
¿Cómo reproducir la salvia elegans?
La forma más sencilla de obtener una nueva planta es a través de un esqueje. Para ello, corta un tallo sano justo por debajo del nudo y elimina las hojas de la mitad inferior.
Sumerge ese tallo en agua durante unos días. Puedes añadir hormona de enraizamiento para que eche raíces más rápido. Después puedes plantarlo en una maceta y darle los cuidados que hemos visto. Pero teniendo la precaución de no exponer el esqueje a la luz solar directa hasta que no haya agarrado.
Como has comprobado, la salvia elegans es una planta original, bonita, resistente, y muy fácil de cuidar. ¡No se le puede pedir más!