La planta conocida como esparto, cuyo nombre científico es Stipa tenacissima, es una planta herbácea que queda genial en los jardines, sean rocosos… o no. Al tener muchas hojas y al crecer estas muy juntas, hace que el efecto visual sea espectacular. Pero, ¿sabes lo mejor?
Que no es difícil de cuidar. 🙂 De hecho, tan solo tienes que saber algunas cosas que ahora te contaré para tener tu ejemplar sano.
Origen y características
Nuestra protagonista es una hierba perenne originaria del Mediterráneo Occidental (Baleares, valle del Ebro, Andalucía, Madrid, Castilla La-Mancha y el Magreb). Su nombre científico actual es Macrochloa tenacissima, pero aún se sigue utilizando su sinónimo Stipa tenacissima. Popularmente se la conoce como atocha o esparto, y pertenece a la familia de las gramíneas -algo que es muy importante saber si tenemos alergia al polen de estas plantas-.
Alcanza una altura de hasta 1 metro, y forma macollas dispersas en las que las hojas brotan del centro de la planta, de manera que las viejas van quedando ocultas. En primavera brotan sus flors, que son espigas llamadas atochín.
¿Cuáles son sus cuidados?
Si te animas a tener un ejemplar, te recomendamos proporcionarle los siguientes cuidados:
- Ubicación: exterior, a pleno sol.
- Tierra: crece en todo tipo de suelos.
- Riego: durante el primer año se recomienda regar 2-3 veces por semana; a partir del segundo se pueden ir espaciando los riegos.
- Abonado: no es necesario.
- Multiplicación: por semillas en primavera.
- Rusticidad: soporta el frío y las heladas de hasta los -4ºC.
¿Qué usos tiene?
Aparte de usarse como ornamental, desde hace más de 6000 años el esparto de usa(ba) para elaborar sogas y cordelería en los navíos que surcaban el Mediterráneo. A día de hoy, se sigue usando en cordelería, pero también para elaborar pasta de papel, tejidos tipo pana, estopas para escayolas, xerojardinería y artesanía.
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