¿Cuántas veces hemos comprado una planta y nada más llegar al jardín o al patio la hemos puesto directamente al sol? Yo reconozco que no una, muchas, sobretodo cuando las nuevas adquisiciones han sido cactus o crasas. Esto, si se hace en primavera, cuando los rayos solares todavía no son muy fuertes, no suele pasar nada, pero si se hace en verano… al día siguiente nos encontraremos nuestras nuevas plantitas bastante mal.
Para evitar que esto te ocurra, te explicaremos paso a paso cómo aclimatar las plantas al sol y al frío.
Adaptarlas al sol
Las plantas heliófilas, es decir, aquellas que crecen expuestas al sol, como los cactus, muchas crasas, flores de temporada, la mayoría de árboles y arbustos (olivo, cerezo, lentisco, algarrobo, cicas, entre otros), y muchas palmeras (Phoenix, Sabal, Livistona, entre otras), cuando son cultivadas en los viveros suelen estar en lo que podríamos llamar semisombra. A menudo se cultivan en los invernaderos, donde no les llega el sol de manera directa, y cuando son sacadas fuera las ponen en rincones protegidos del astro rey.
¿Qué hacer? Comprarlas en primavera. Y aunque sepamos que deben de estar expuestas al sol, lo más recomendable es colocarlas en una zona donde les dé la luz solar de manera directa una o dos horas por la mañana cuando amanece o bien por la tarde cuando anochece. Las tendremos ahí durante dos-tres semanas, hasta que les veamos crecimiento. A partir de la tercera o cuarta semana podremos darles una o dos horas más de luz solar directa, e ir aumentando el número de horas conforme vayan pasando las semanas a razón de 1-2h cada siete días.
Adaptarlas al frío
Esto cuesta un poco más, pero no es un imposible. Si tenemos plantas de reciente adquisición, y aunque sean resistentes al frío, tenemos que protegerlas, al menos durante el primer año, ya que de lo contrario podrían pasarlo mal e incluso podrían perecer. Para ello, en otoño-invierno hay que:
- Ponerles un acolchado: puedes usar cortezas, hierbas, piedras decorativas…
- Protegerlas con manta térmica: si están un poco al límite, hay que cubrirlas con una manta térmica para plantas.
- Introducirlas en un invernadero: si son muy sensibles al frío, no quedará otra que meterlas dentro de un invernadero.
- Abonarlas: bueno, más bien se trata de echarles una cucharada de Nitrofoska una vez al mes con el fin de que sus raíces no pasen frío. Funciona 😉 .
Aquellas que sepas que aguanten bien el clima de tu zona, el año siguiente no tendrás necesidad de protegerlas. Para saber esto, es muy recomendable hacerse con una estación meteorológica.
Espero que estos consejos te sirvan para que tus plantas estén aclimatadas al frío y al sol.