El mercado de la fruta es cada vez más amplio. Quizás en un intento de atraer la atención hacia aquellos que son reacios a probar este alimento imprescindible para la salud, o también para sorprender con experiencias organolépticas nuevas al consumidor habitual para que descubra nuevos sabores. Y, además, tampoco podemos negarlo, porque nos gusta experimentar mezclando cualidades y formando parejas curiosas. Es así como han ido naciendo las frutas híbridas.
A continuación, vamos a explicártelo todo sobre ellas, para que aprendas cómo se forman y cuáles son algunos de los tipos más exitosos que se han conseguido hasta el momento. El pomelo es uno de ellos, así como la clementina, el limón sanguino y la nectarina, pero también otros menos conocidos como el pineberry, el oroblanco, el papple, el jostaberry o el tayberry, entre otros. ¡Vamos a verlos!
Qué son las frutas híbridas
Aunque por su nombre parezca algo novedoso y hasta futurista, la realidad es que hace tiempo que venimos comiendo frutas híbridas. Lo haces cada vez que compras nectarinas y naranjas clementinas que, si te gusta la fruta, seguro que estás con nosotros en que ambas están deliciosas. De hecho, las nectarinas son una de las frutas más típicas del verano.
Pues sí, ambas son frutas híbridas. Pero no te dejes asustar por su denominación, porque ni una ni otra tienen los genes modificados, simplemente son producto de un cruce de ambas semillas.
Cómo se forman las frutas híbridas
Generalmente, estas frutas híbridas se forman a base de cruce de pólenes de una flor a otra. Es lo que se conoce como “polinización cruzada” y se produce gracias al trabajo de los propios agricultores, quienes se encargan, de manera manual, de transferir el polen de la flor de una planta a otra. Introducen el polen en el estigma de la flor receptora, es decir, a la parte de la planta en la cual se produce la fertilización y, con esta, la reproducción de la especie.
Hay ocasiones en las cuales la hibridación se produce por la propia naturaleza, sin necesidad de que haya intervención humana en el milagro. Y la madre tierra nos regala maravillas como frutas nuevas y sabrosas.
Aunque a priori pueda dar algo de miedo, lo cierto es que, más teniendo en cuenta que se trata de un proceso totalmente natural, son frutas que se pueden consumir de manera segura y que son 100% seguras para la salud. Es más, incluso resultan altamente beneficiosas, tanto para el agricultor como para el consumidor.
¿Cuáles son los beneficios de las frutas híbridas?
Las frutas híbridas son más resistentes a las plagas y enfermedades, así como a las condiciones climatológicas. Precisamente aquí, está uno de los principales objetivos del agricultor, porque son super plantas lo que van buscando crear, aunque también llevan aparejados sus frutos otras muchas cualidades.
Tamaños, formas y sabores diferentes, además de textura y colores inusuales que regalan lo novedoso a la vista y al paladar, se conjugan en estas frutas cuando el consumidor las degusta. Además, otra característica es que suelen ser más jugosas y de sabor más intenso, sin obviar el aspecto nutritivo, donde también son bastante más ricas en nutrientes.
Frutas híbridas que debes probar si aún no lo has hecho
Y ahora sí, veamos algunas de las frutas híbridas más populares y otras que no lo son tanto pero que seguro tendrás en cuenta a partir de ahora.
El pomelo
Muy rico en fibra y en vitamina C, es muy conocido por su efecto saciante que lo hacen idóneo en dietas de adelgazamiento. Viene produciéndose desde el siglo XVII y tiene sus orígenes en el mar del Caribe, donde nació a partir de la hibridación espontánea entre una naranja dulce y una pampelmusa. Esta última es otro cítrico, conocida como limonzón o pomelo chino.
La clementina
Aunque suele confundirse con la mandarina, la clementina es otra fruta. De hecho, es un híbrido entre la mandarina y la naranja amarga. El resultado es un nuevo cítrico de curioso sabor entre agrio y dulce que combina las propiedades también de ambos frutos.
El pineberry
El pineberry es el fruto surgido del cruce de dos tipos diferentes de fresas: la fragaria chiloensis y la fresa clásica. El nombre le viene porque tiene un sabor que recuerda a la piña, mientras que por fuera es una mini fresa de color blanco con semillas rojas.
El oroblanco
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El oroblanco es una fruta relativamente más reciente, pues surgió en el siglo XX, si bien fue a finales cuando empezó a comercializarse. Es un cruce de dos pomelos de distinta variedad, de color blanco, que sabe a cítricos también, como no podía ser de otro modo. Es difícil verlo en España, porque se cultiva en California y en Israel.
El papple
El papple parece una manzana, sabe a manzana pero es una pera. Lo más llamativo es que no tiene ningún parentesco con la manzana, sino que es producto únicamente de la unión de dos tipos de peras, una europea y otra asiática.
El limón sanguino
El limón sanguino tiene como padres a una mandarina y una naranja. El resultado ha sido una lima con sabor ácido y dulce a la vez.
La nectarina
Esta sí es más conocida. Aunque se desconocen sus orígenes, se sabe que existen desde hace más de dos mil años en China. La explicación que le dan es que se trata de una fruta producto de mutaciones en un melocotón.
Jostaberry
Jostaberry (blackcurrant) bush branch for backgrounds in german garden
Es una grosella fruto del cruce de la grosella negra con la grosella espinosa. Sus orígenes datan de Inglaterra de finales del siglo XIX.
El kiwi bebé
El kiwiño es un kiwi de menor tamaño. Tiene orígenes asiáticos.
El pluot
El pluot es una ciruela muy dulce porque tiene hibridación con albaricoque. Producto de otro cruce natural.
El tayberry
El tayberry nace del cruce de la frambuesa y la mora. Debe su nombre al río Tay, escocés. Es un fruto alargado, más grande y más dulce que sus “padres”.
Estas son las frutas híbridas más destacadas y seguro que, ahora que las conoces, estarás deseando probarlas. Te aseguramos que merece la pena.