Siempre es interesante reproducir las plantas que tenemos en casa. Ya sea para obtener para nosotros más unidades, o para regalarlas. Sin embargo, es posible que en alguna ocasión no hayas logrado los resultados deseados. Esto pasa porque hay una serie de errores al hacer esquejes en los que todos solemos caer.
Vamos a repasarlos con detalle, para que puedas esquejar tus plantas de la mejor manera posible. Si no caes en estos fallos, vas a multiplicar las plantas de tu jardín de forma tan rápida que te va a parecer increíble.
Trabajar con las manos sucias o sin proteger
¿Te lavas las manos antes de tocar las plantas? Seguramente no, porque pensarás que es más lógico hacerlo después, ya que acabarán manchadas de tierra. Pues bien, resulta que esto es un error tanto a la hora de hacer esquejes como de manipular nuestras plantas para hacer un trasplante o por cualquier otro motivo.
Las manos son un foco de contagio de enfermedades, no solo para los humanos, también para las plantas. Por eso, si vas a tocar una planta, muy especialmente si vas a hacerle una “herida” para obtener un esqueje, es conveniente que lleves las manos limpias.
Basta con aplicar un poco de agua y jabón, o directamente un gel desinfectante. Así evitas que el esqueje se pueda contaminar con hongos o bacterias.
Otra alternativa que, a la vez, protegerá tus manos de posibles daños, es que utilices unos guantes especiales para jardinería. Si lo haces, recuerda que hay que limpiarlos y desinfectarlos después de cada uso. Retira la tierra y restos acumulados, ventila los guantes, y rocíalos con un poco de alcohol desinfectante. Así estarán listos para un nuevo uso.
Utilizar herramientas no desinfectadas es uno de los principales errores al hacer esquejes
Si tus manos o guantes tienen que estar limpios e higienizados, con más razón deben estarlo las herramientas que emplees para cortar la planta. Porque le vas a provocar una herida, y es un riesgo que el elemento de corte lleve restos de hongos o bacterias de otras plantas.
Después de cada uso, limpia bien el filo de las herramientas con un paño seco. Después, repasa los filos con un algodón impregnado en alcohol. Deja seca y guarda las herramientas. Antes del siguiente uso, repasa nuevamente la parte del corte con un poco de alcohol.
De esta forma tan sencilla, evitas posibles contagios entre plantas. De hecho, si estás trabajando con una planta o árbol infectado, es conveniente hacer la desinfección de las hojas de corte después de cada corte, para evitar que la enfermedad se propague todavía más.
No elegir el momento adecuado
Aunque siempre parece buen momento para enraizar esquejes, lo cierto es que no es así. Muchas plantas están en un período de latencia durante el otoño y el invierno. Por tanto, si cortamos un esqueje en esta época del año, es posible que no llegue a echar raíces.
Depende de la especie, pero en líneas generales, la mejor época del año para obtener esquejes y tener probabilidades de éxito es la primavera. La excepción son las plantas con tallos duros o leñosos, ya que en su caso el mejor momento para enraizar esquejes es en otoño e invierno.
No supervisar el estado de la planta madre
Otro de los errores al hacer esquejes que cometemos de forma habitual es no prestarle mucha atención a la planta madre. Algo que puede dar lugar a dos consecuencias:
- La falta de enraizamiento del esqueje.
- La muerte de la propia planta madre.
Si tenemos una planta que está debilitada por una infección o una plaga, no es buena idea causarle una herida que ponga todavía más en riesgo sus defensas. Además, los “hijos” que podamos obtener de ella, van a ser débiles, y podrían estar igualmente enfermos.
Cuando se trata de obtener esquejes, lo mejor es buscar una planta madre que esté lo más sana posible. Esto nos brinda mayor garantía de éxito con respecto a la nueva planta y también con respecto a la planta madre.
Hacer mal el corte
Para obtener el esqueje realizamos un corte en el tronco o las ramas de la planta, pero no vale hacerlo de cualquier manera. De hecho, si lo hacemos mal, lo único que vamos a obtener es un trozo de planta que no nos va a servir para nada, porque no va a echar raíces.
El corte tiene que estar realizado en la parte de la planta que veamos que está más sana, y debe contener, al menos, un nudo. Después, retiramos las hojas que están por debajo del nudo, y dejamos algunas por encima de este.
Resulta que el nudo es el punto desde el que nacen las hojas, y es allí donde hay mayor acumulación de células con potencial para propagarse. Por tanto, revisa bien que tengas un nudo en tu esqueje si quieres que haya más posibilidades de éxito.
Además, es importante que hagas el corte en diagonal. Así favoreces una cicatrización más rápida de la planta madre.
No tener paciencia
Sin duda, es uno de los mayores errores al hacer esquejes: la falta de paciencia. Cortamos un trozo de una de nuestras plantas favoritas, y ya queremos tener otro ejemplar grande y bonito. Pero la naturaleza no funciona así.
El enraizamiento es un proceso que lleva tiempo, y en algunas especies puede ser más lento que en otras. Es más, puede llegar a tardar varios meses en algunas variedades.
Si ves que el aspecto del esqueje es bueno, deja que crezca tranquilamente. Riégalo con moderación, no lo expongas directamente a la luz solar, y no lo manipules demasiado. Si dejas que la naturaleza siga su curso, pasadas unas semanas tendrás una nueva planta lista para ser trasplantada.
Eso sí, una vez que plantas el esqueje ya con raíz en su ubicación definitiva, no te puedes olvidar de él. Sigue siendo una planta muy delicada, porque todavía es muy débil. Por eso, controla su crecimiento. Asegúrate de que le estás dando los cuidados que necesita, y actúa en cuanto detectes que algo va mal.
Si evitas estos errores al hacer esquejes, conseguirás multiplicar tu jardín de forma rápida. En unos meses tendrás un auténtico vergel en casa.