El Arbutus canariensis o madroño canario como se le conoce, es un arbusto perteneciente a la familia de las ericáceas. Es una especie única y atractiva no muy común, endémica de las Islas Canarias y se encuentra protegida por las autoridades de las islas. De flores hermosas que van de un tono blanco verdoso a tonos rosáceos, frutos de color naranja y tallo áspero.
Este es endémico de las Islas Canarias, se le puede ver silvestre en los bosques de laurel y bosques de pinos en el cinturón de nubes y en ciertas depresiones en las Islas de Tenerife, La Palma, Gomera, Hierro y Gran Canaria.
Características
Es una especie que en condiciones adecuadas puede alcanzar los siete metros de altura. Su corteza es castaña suave, de un color que va de rojo a rosado dependiendo de la temporada, cuya exfoliación en bandas anchas ocurre a finales de la primavera. Las plantas jóvenes muestran una corteza de tono verde suave que se oscurece ante los rayos del sol.
Sus hojas perennes son alargadas y lanceoladas, de color verde oscuro en el haz y verde claro en el oscuro en el envés. Los racimos de flores pequeñas de este arbusto florecen entre el verano y otoño, tienen un aspecto acampanado y presentan una corona blanca y verde con tonalidades rosa.
Sus bayas son grandes frutos carnosos aptos para el consumo, tienen forma esférica con un diámetro de aproximadamente 3 cm, de tonos naranja o amarillo, de textura ligeramente harinosa y poseen un sabor particular que en nada se parece a las fresas. Un signo inequívoco que sus frutos están maduros, es cuando estos comienzan a caer.
Plantación y cuidados del Arbutus canariensis
Las simientes del madroño canario deben estar maduras para ser plantadas. Una vez estén listas, las semillas se colocan al remojo en agua tibia aproximadamente en un tiempo que ser de 5 a 6 días, posteriormente se procede a sembrar preferiblemente a la sombra.
El compost orgánico utilizado en su siembra debe mantenerse húmedo. La germinación se da entre 2 y 3 meses. Una vez que alcancen un tamaño que resulte suficiente para su manipulación, se procede a trasplantar las plántulas del Arbutus canariensis en recipientes individuales en un lugar de sombra parcial, asegurándose de mantenerlos con buena ventilación. Esta especie es proclive a humedecerse.
Su siembra debe hacerse en otoño o primavera, evitando siempre los períodos de las heladas. El madroño canario es bastante resistente a las variaciones climáticas, por lo que puede tolerar temperaturas de hasta – 10º C. Se desarrolla de mejor forma en suelos con buen drenaje y ricos en nutrientes, la superficie del suelo ha de ser seca; poco importa las condiciones de acidez, alcalinidad o neutralidad del suelo utilizado. Esta planta por su vigorosidad, también tolera la temporada seca.
Requiere de humedad en época de verano, no obstante, debe evitarse el exceso de agua también. A pesar de su resistencia, las plantas en edad joven deben estar protegidas del frío, mientras que las adultas no necesitan de ello; además que también son resistentes al viento. La florescencia ocurre a partir de la última etapa del verano hasta el inicio del otoño.
Usos
Por la belleza de sus flores acampanadas, es utilizado para el embellecimiento de jardines. También es aprovechado como un recurso para la reforestación de suelos. Su madera es utilizada en algunos casos en labores de ebanistería, sin olvidar que se trata de una especie protegida.
El fruto dispone de una pulpa bastante jugosa, que se utiliza en la preparación de dulces como la mermelada. Pueden consumirse al natural o cocinados. Por su alto contenido de alcoholes naturales, en algunas regiones del archipiélago se utiliza para elaborar licores. Por eso, consumirlos de forma exagerada puede embriagar a las personas, e incluso provocar diarreas.
También sirven como alimento para los animales del territorio isleño. Igualmente se le atribuyen propiedades medicinales, por lo que algunos los utilizan para combatir la diarrea, inflamaciones y gérmenes. Sus láminas y corteza se usan para tratar diversas afecciones del tracto urinario.
Plagas y enfermedades
Aunque se trata de una planta resistente a la mayoría de las enfermedades comunes a las plantas, algunos tipos de hongos como la antracnosis o el género Phytophthora, pueden ocasionarle daños graves.