Uno de las variedades de manzano que se utiliza especialmente en bonsái por el estilo decorativo que tiene es el Malus everest. Se trata de un tipo de manzano curioso y que puedes tener ya sean en mini árbol o en árbol normal. Pero, ¿cómo es? ¿Qué cuidados necesita?
Si quieres conocer más a fondo al Malus everest y los cuidados que precisaría en caso de tenerlo (ya sea en bonsái o como árbol frutal en maceta o en el jardín), echa un vistazo a lo que hemos preparado para ti.
Cómo es el Malus everest
Conocido como falso manzano, el Malus everest es una de las variedades de frutales cuyo objetivo no es tanto la producción como sí el estilo decorativo. Se trata de un árbol que puede alcanzar fácilmente los seis u ocho metros de longitud. Tiene una forma acampanada, en abanico o en pirámide ancha que puede alcanzar los seis metros de anchura.
En cuanto a las hojas, estas son de un color verde oscuro. Se trata de un árbol de hoja caduca, pudiendo medir cada hoja entre ocho y doce centímetros de largo. Eso sí, al ser de hoja caduca es normal que, durante el otoño, estas se tornen en un color amarillo anaranjado antes de caerse.
Junto a las hojas, son las flores las que más te pueden llamar la atención. Estas suelen aparecer a mediados de la primavera, unas pequeñas flores blancas, bastante numerosas, que tienen bontones rojos. Tras ellas vendrían los frutos, pequeñas bolitas de manzana algo aplanadas que habitualmente son rojas, pero pueden ser verdes o incluso amarillas. Eso sí, es normal que estas manzanas, que pueden tener unos dos o dos centímetros y medio de diámetro, se utilicen más para hacer mermeladas que para comerlas directamente.
Y es que estas manzanas son bastante picantes y astringentes, de ahí que solo aquellos a los que les guste el sabor tan fuerte se la comerían.
No podemos decirte que vaya a darte una producción abundante de manzanas, pero sí tendrás unas cuantas cada año, para recolectar aproximadamente en otoño.
Cuidados del Malus everest
Ahora que has conocido un poco mejor al Malus everest, es hora de pasar a lo práctico. Esto es, a darte consejos para que puedas cuidarlo en casa. Dará igual que lo tengas en una maceta, en una de bonsái o plantado directamente en la tierra. Los cuidados, salvo peculiaridades, van a ser los mismos. ¿Y cuáles son estos? Te los contamos.
Ubicación y temperatura
Lo primero que necesitas conocer es dónde poner tu Malus everest. Y esto va a depender de cómo lo tengas. Si está en maceta, podrías ponerlo en la zona del balcón, terraza, patio… Te recomendamos una exposición parcial, es decir, en semisombra ya que es un árbol que no tolera demasiado bien el sol (ni el calor). Por eso, de cara a plantarlo en el jardín, lo mejor que puedes hacer es colocarlo en un lugar de semisombra. Con que te asegures de que tenga sol a primera hora de la mañana y última de la tarde directo, será más que suficiente.
Ahora bien, si el clima donde estás tiende a ser fresco, y el sol no calienta demasiado, sí que puedes animarte a colocarlo a pleno sol.
En cuanto a la temperatura, lo cierto es que, al contrario que otras plantas, esta resiste muy bien las heladas de hasta -20ºC. Pero el calor no lo lleva tan bien, sobre todo si hace demasiado (puede parar el árbol y dejar los frutos a medio hacer antes de tirarlos).
Sustrato
Con respecto a la tierra, el Malus everest es un árbol que necesita una tierra con muchos nutrientes y que aguante la humedad. Es por eso que nuestra recomendación es que hagas una mezcla con turba, sustrato universal, arena y otro drenaje, como perlita o similar. Además, a la hora de plantar, o de trasplantar, tienes que añadirle un poco de fertilizante mineral para que enraíce mucho más rápido.
Tendrás que trasplantarlo cada dos años aproximadamente, siempre cuando acaba el invierno y empieza el verano. Y, a ser posible, antes de que empiece a brotar.
Riego
El riego es uno de los cuidados más importantes de esta planta. Ya que, si te pasas, encharcarás el agua y habrá más probabilidad de que aparezcan los hongos que puedan enfermarlo o peor aún, matarlo. Y si riegas poco el árbol se parará y podría morir (además de que no florecería bien ni tendría frutos).
Por eso, y dependiendo del ambiente, el clima… tendrás que establecer un riego acorde. Pero, en general, te podemos decir que se suele regar de dos a tres veces a la semana en verano (más si hace mucho calor), y de una a dos veces en invierno.
Eso sí, a la hora de hacerlo, evita siempre que sea posible que le caiga agua a las flores porque eso lo único que conseguirá es que se le pudran.
Abonado
El abonado del Malus everest solo se lleva a cabo de primavera a otoño. Puedes aplicarle dos tipos: por un lado, uno líquido con el agua del riego; y por otro uno de larga duración (a primeros de primavera y te olvidas hasta el año siguiente).
Ahora bien, todo va a depender de qué tipo de árbol tengas, si es más grande o más pequeño.
Plagas y enfermedades
Si bien esta planta es bastante resistente a plagas que suelen afectar a los manzanos, tampoco hay que dormirse en los laureles, porque sí pueden atacarle. Principalmente lo que más le afectarán no serán tanto las plagas, sino las enfermedades, sobre todo la sarna y el mildiú. En caso de que le afecten, lo mejor que puedes hacer es tratarlos cuanto antes, y prevenir si tienes otros alrededor suyo.
Multiplicación
Terminamos con la propagación del Malus everest. Tienes dos formas de hacerlo:
- A través de las semillas. Estas tardarán en germinar y en crecer, pero podrás ver la evolución del árbol desde que nace de una de ellas.
- Por esquejes. Es algo más rápido, pero no para cualquiera. Es necesario saber cómo debe hacerse y también tener paciencia para que enraíce y luego crezca sin que se muera por el camino.
Como ves, el Malus everest no es tan complicado de tener en casa. Solo necesitas cumplir con los cuidados que precisa. ¿Te queda alguna duda? ¿Lo tendrías en tu jardín?