Phytolacca

Flores de Phytolacca americana

Imagen – Flickr/Teresa Grau Ros

Las Phytolacca son un género de plantas muy bonitas, perfectas para tener en jardines amplios o en patios espaciosos, pero también para cultivar en macetas. Desarrollan hojas de un magnífico color verde, y además algunas especies se pueden consumir después de haberlas tratado.

Su mantenimiento no es complicado, si bien es cierto que es muy importante tener en cuenta el tamaño adulto que llegan a alcanzar para asegurarse de que se dispone del espacio adecuado para ellas.

Origen y características de las Phytolacca

Nuestro protagonista es un género de plantas perennes originarias nativas de Norteamérica, Sudamérica, Este de Asia y Nueva Zelanda. Crecen como hierbas o árboles de entre los 30 centímetros hasta los 15 metros de altura. Su tallo por lo general es de color rosa o rojo, y sus hojas son simples, alternas y con el margen rugoso.

Las flores son de color blanco-verdoso, y se agrupan en inflorescencias colgantes que surgen de las ramas. Una vez son polinizadas, comienzan a madurar los frutos, que son drupas de color púrpura-negruzco.

Todas las partes son tóxicas para los mamíferos, pues contienen fitolacatoxina y fitolacigenina, que son dos sustancias tóxicas que pueden causar diarrea, debilidad, dolor de cabeza, espasmos, convulsiones, presión arterial baja, e incluso dificultades para respirar. Ahora bien, tanto las hojas como las drupas tras haberlas hervido 3 veces por separado se comen, aunque esto no se recomienda pues no existe garantía de que sean seguras. En cualquier caso, las raíces nunca deben de consumirse por su alto contenido en toxinas.

Principales especies

Las más conocidas son:

Phytolacca americana

Vista de la Phytolacca americana

Imagen – Wikimedia/Tubifex

Se trata de un arbusto perennifolio nativo de América del Norte que alcanza una altura de unos 4-5 metros. Florece durante el verano, produciendo flores blancas, y fructifica en otoño.

En su lugar de origen, las tribus indígenas la utilizan como remedio popular, y en la medicina tradicional china se considera purgante, emético, y un buen estimulante del corazón.

Phytolacca decandra

Vista de la Phytolacca decandra

Imagen – Wikimedia/Niccolò Caranti

Se trata de una planta originaria de Norteamérica, China, Europa meridional, África y de las Islas Azores. Alcanza una altura de hasta 3 metros, con un tallo de ciclo anual hueco del cual brotan hojas ovales-lanceoladas. Las flores son blancas o rosadas, y se agrupan en inflorescencias racimosas. Los frutos son drupas de color rojo al principio y negro al terminar de madurar.

Tiene algún que otro uso: por ejemplo, los tallos jóvenes se pueden consumir como si fuesen espárragos; y al tener propiedades espermicidas se puede utilizar como anticonceptivo bajo prescripción médica.

Phytolacca dioica

Vista del árbol de ombú

Imagen – Flickr/Teresa Grau Ros

Se trata del conocido ombú o bellasombra, una especie de originaria de los montes del Nordeste de Argentina, Uruguay y del Sur de Brasil. Puede alcanzar una altura de 10 a 15 metros, siendo una de las fitolacas más grandes de su género. Su tronco es grueso, y su copa bastante densa, produciendo una agradable sombra. Las flores son blancas y aparecen agrupadas en racimos, y los frutos son amarillentos.

Aparte de usarse como planta ornamental en grandes jardines y, a veces, como bonsai, su madera puede usarse para construir refugios que serán muy útiles los días muy calurosos.

¿Cuáles son los cuidados que necesita?

Si te animas a tener un ejemplar te recomendamos cuidarlo del siguiente modo:

Ubicación

Son plantas que han de estar en el exterior, en una zona donde reciban la luz del sol de manera directa durante todo el día. En el caso de que sean de especies de gran tamaño, como la P. dioica, es importante además que se planten lo más lejos posible de tuberías, suelos pavimentados, etc. Como mínimo, debería de haber unos diez metros entre el árbol y aquello que se quiera mantener protegido.

Tierra

  • Maceta: rellenar con sustrato universal (en venta aquí) mezclado con un poco de perlita. También sirve el mantillo.
  • Jardín: crecen en suelos fértiles, con muy buen drenaje. Temen el encharcamiento, hasta el punto de que sus raíces pueden pudrirse con facilidad si la tierra no es capaz de drenar rápido el agua.

Riego

Vista de las flores de fitolaca

Imagen – Flickr/Martin LaBar

Moderado. Durante el verano habrá que regar una media de 3 veces a la semana, pero el resto del año bastarán 1-2 riegos semanales.

Si tienes dudas, comprueba la humedad de la tierra antes de humedecerla de nuevo, por ejemplo con un palo delgado de madera.

Abonado

Es muy recomendable abonar a las fitolaca durante la primavera y el verano con abonos orgánicos como el guano o el estiércol de animales herbívoros, siguiendo las indicaciones especificadas en el envase.

Multiplicación

Se multiplican por semillas en primavera. Para ello, se han de sembrar en semillero (bandejas de semillero, macetas, envases de leche o de yogur con algún agujerito en la base,…) rellenado con sustrato universal. Se han de enterrar un poco, para que no queden expuestas al sol, y luego se han de regar y colocar en el exterior, en semisombra.

Germinarán a lo largo de la estación, aunque no suelen tardar más de un mes.

Rusticidad

Depende de la especie, pero en general resisten el frío y las heladas débiles. El ombú, que es uno de los más populares, soporta hasta los -7ºC.

¿Qué te han parecido las Phytolacca?


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