Las plantas, como seres vivos que son, necesitan beber pero también comer, ya que si sólo hicieran una de las dos cosas no tardarían en secarse. Para evitar que esto les ocurra, desde el primer momento en el que las semillas germinan y emiten sus propias raíces, éstas absorben el agua y los nutrientes disueltos en ella para poder crecer.
Pero, ¿qué es lo que comen las plantas exactamente? Si tienes curiosidad, a continuación te resolveré tu duda.
Las plantas, para sobrevivir, crecer y desarrollarse, necesitan agua y comida, y eso lo hacen gracias a sus raíces y a sus hojas. Las primeras, como ya hemos comentado, absorben del suelo el agua y los nutrientes que hay disueltos en ella que serán transportados a través de los vasos conductores hacia los tallos, las ramas y finalmente a las hojas. De esta »comida» podríamos decir que es una »comida cruda» (conocida técnicamente como savia bruta), esto es, que es un alimento que todavía no les puede ser útil. Para que lo sea, se debe de producir la fotosíntesis.
¿Qué es la fotosíntesis? Es un proceso por el cual las hojas son capaces de transformar la energía del Sol en alimento. Esto lo hacen gracias a la clorofila, que es el pigmento verde característico de los seres vegetales. Así, con el oxígeno más la luz, combinado con la savia bruta, lo que consiguen son glúcidos, azúcares y otras sales que les servirán para poder crecer, florecer, fructificar y, en definitiva, seguir con vida.
Lo más interesante de esto, es que durante el proceso expulsan oxígeno, el gas del que tanto dependemos los animales incluyendo las personas. Resulta pues curioso que mientras las plantas comen, el resto podemos respirar. Pero ojo, no hay que caer en el error de pensar que ellas no necesitan el oxígeno: las plantas respiran las 24 horas del día: tienen que hacerlo si no quieren morir asfixiadas. Por este motivo, nunca te voy a recomendar pulverizar las hojas o regar por encima, ya que de hacerlo así se taponarían los poros.