Récords y curiosidades del Reino Vegetal

Hojas de helecho

El Reino Vegetal es asombroso. Hasta hace bien poco, se creía que eran totalmente distintos a nosotros, los seres humanos, pero cada vez más la línea que separa ambos reinos se vuelve más difuminada. Las plantas, al igual que cualquier animal, tienen que crecer, desarrollarse, multiplicarse para perpetuar la especie y proteger su descendencia todo lo posible para asegurarse de que tendrán un futuro.

Obviamente, las maneras de hacerlo son muy diferentes, por la sencilla razón de que ellas no pueden trasladarse de un sitio a otro. Cuando arraigan en un lugar, ahí se quedarán siempre, creciendo hacia arriba buscando el sol. Algunas crecen tanto que superan los 100 metros de altura. Algo inimaginable para un animal.

El eucalipto, el árbol que más rápido crece

Árbol de eucalipto

El eucalipto es un árbol que no suele ser muy querido en los jardines, ya que no deja que nada crezca bajo su sombra. Sus raíces además tienen mucha fuerza, por lo que pueden romper fácilmente tuberías, suelos, y cualquier otro tipo de construcción. Pero es asombroso: puede crecer a un ritmo de 1 metro por año, lo que lo convierte en el bambú de las plantas arbóreas.

Sequoya gigante, una de las coníferas más altas (y milenarias)

Sequoia, una de las plantas más altas

La Secuoya gigante, conocida por el nombre científico Sequoiadendron giganteum, es una conífera asombroso. Crece a un ritmo muy, muy lento, de unos 10cm/año, pero con el tiempo puede alcanzar una altura de 105 metros y un diámetro de tronco de 10m. Este tronco hace algo increíble: irradia calor.

Antaño, cuando los aborígenes podían vivir en sus tierras, se introducían en el tronco hueco de una Secuoya que bien podría llegar a tener 3200 años de vida para protegerse del frío invierno de esta parte de California, que es de donde es originaria.

Las plantas, aquellas que nos dan vida

Hoja del árbol de arce

Todos los seres vegetales necesitan respirar. Esto es algo que debemos tener presente. Lo hacen tanto de día como de noche, ya que de lo contrario no podrían sobrevivir. Pero cuando el sol está fuera, hacen algo que ningún humano puede hacer: la fotosíntesis. Este proceso consiste en transformar la energía procedente del astro rey en energía química, con la cual elaboran su alimento (básicamente, azúcares).

Pero es mucho más que alimentarse, pues con la fotosíntesis absorben dióxido de carbono a través de los poros de las hojas y lo transforman en oxígeno, el cual como sabemos es un gas que nos permite respirar.

El Saguaro es prácticamente todo agua

Cactus Saguaro en hábitat

El Saguaro, cuyo nombre científico es Carnegiea gigantea, es un cactus originario del Desierto de Sonora. Crece muy lentamente, a una velocidad de unos 2cm cada año, pero es el ejemplo perfecto de que los cactus necesitan agua para poder sobrevivir: cuando llueve, puede absorber 750 litros de agua que lo mantendrán con vida.

Por lo tanto, no es que los cactus resistan la sequía, sino más bien lo que ocurre es que almacenan grandes cantidades del preciado líquido. Pero esta agua tiene que proceder de algún lado. En hábitat es de los monzones y del rocío de la mañana, pero en el resto del mundo tiene que ser del riego.

Los helechos llevan aquí millones de años

Vista de helechos

Los helechos son unas de las plantas más antiguas que existen en el mundo. De hecho, son tan primitivas que, cuando aparecieron los primeros dinosaurios hace entre 231 y 243 millones de años, estos seres vegetales ya llevaban más de 100 millones de años colonizando el planeta Tierra. Sí, sí, se estima que llevan aquí unos 420 millones de años. ¡Ahí es nada!

Las plantas también tienen sus propios enemigos: la Higuera estranguladora

Ficus benghalensis en hábitat

En la India crece una especie de Ficus que es una de las que ninguna planta quiere tener cerca. Su nombre lo dice todo: higuera estranguladora. Los científicos la llaman Ficus benghalensis. Se trata de una planta que comienza siendo epífita creciendo sobre una rama de un árbol pero que, al cabo de unos años, cuando sus raíces tocan el suelo y se fortalecen mientras estrangulan literalmente al árbol sobre el que se desarrolla, termina siendo un árbol.

Curioso, ¿verdad?


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