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El género Sophora está compuesto por árboles y arbustos de gran belleza. De las 70 especies que se han descrito, hay algunas que son de hoja caduca y otras de hoja perenne, una característica movida por la necesidad de protegerse o no de las heladas. Pero esto puede sernos de gran utilidad, ya que significa que nos será muy fácil escoger una dependiendo de si vivimos en un clima templado con las estaciones bien diferenciadas, o si por el contrario estamos en un lugar donde las temperaturas se mantienen siempre por encima de los cero grados.
Así pues, veamos qué tipos de Sophora son los más recomendables para cultivar en el suelo y/o en maceta, y cuáles son sus características principales.
Sophora cassioides
Imagen – Wikimedia/Dick Culbert
La Sophora cassioides es un árbol perennifolio nativo de Chile conocido como pelú o pilo. Crece hasta los 10 metros de altura, con un tronco más o menos recto que ramifica a varios metros del suelo. Las hojas son de color verde oscuro, y produce racimos florales cortos. Las flores son amarillas.
Es una planta que gusta de lugares donde hay una humedad ambiental alta; no en vano, en origen crece cerca de ríos. Asimismo, la tierra tiene que tener un buen drenaje, y ser fértil. En cuanto a su resistencia al frío, esta especie soporta hasta los -6ºC.
Sophora davidii
Imagen – Wikimedia/Krzysztof Ziarnek, Kenraiz
La Sophora davidii es un arbusto caducifolio originario de China. Popularmente se le conoce como laurel montaña de David o arbusto pagoda, y es una planta relativamente pequeña, que alcanza una altura de entre los 1 y los 2 metros, y que desarrolla múltiples tallos de los que brotan hojas pinnadas. Sus flores son de color azul pálido a blanco, fragantes, y brotan en racimos terminales a finales de primavera.
En cultivo quiere sol, a ser posible directo, y un suelo franco arenoso que drene rápido el agua. En maceta se debe de tener con sustrato para plantas ácidas. Por lo demás, resiste hasta los -18ºC.
Sophora flavescens
Imagen – Wikimedia/Dalgial
La Sophora flavescens es una planta conocida como sófora arbustiva, ya que ciertamente es un arbusto. Es perennifolio, y alcanza una altura de hasta 1,5 metros. Su origen no está claro. Sus hojas son pinnadas, y sus flores, que son de color amarillo, se agrupan en racimos terminales.
Has de plantarla en suelos ligeros, arenosos, y que no se encharquen. En caso de tenerla en maceta, se recomienda rellenarla con sustrato para plantas ácidas (en venta aquí). Soporta temperaturas de hasta los -18ºC.
Sophora japonica
Imagen – Wikimedia/Jean-Pol GRANDMONT
Técnicamente la Sophora japonica ya no es tal, sino que ahora se llama Styphnolobium japonicum. Es decir, ahora es una especie nueva, que pertenece a otro género (Styphnolobium). De todas formas, lo incluimos ya que se conoce mucho por el nombre científico antiguo.
Y bien, dicho esto, este es un árbol caducifolio conocido como árbol de la miel, árbol de las pagodas y falsa acacia del Japón, y es originaria de China y Japón. Alcanza una altura de entre los 5 y los 20 metros, y tiene hojas pinnadas. Las inflorescencias son panículas terminales, de las que brotan flores blanco-cremosas, y ligeramente fragantes.
En cultivo no es una especie exigente. Crece en casi cualquier tipo de suelo, aunque tiene preferencia por los arenosos y bien drenados. Además, resiste hasta los -18ºC.
Sophora pendula
Imagen – Wikimedia/Matthieu Sontag
El nombre botánico aceptado es: Styphnolobium japonica cv. Pendula. Es una variedad de la anterior, con ramas colgantes o »lloronas». Muy elegante.
Requiere los mismos cuidados.
Sophora macrocarpa
Imagen – Penarc
La Sophora macrocarpa es un arbusto perennifolio conocido como mayú, mayu o mayo endémico de Chile. No crece mucho, apenas unos 3 metros de altura, pero desarrolla hojas compuestas con tomento blanquecino en el envés que lo embellecen mucho. Además, sus flores son amarillas, brotando en racimos.
En cultivo es una planta bastante agradecida, siempre que crezca en un sitio donde la tierra o el sustrato absorba y drene muy bien el agua. Resiste hasta los -6ºC.
Sophora microphylla
Imagen – Wikimedia/Krzysztof Golik
La Sophora microphylla es un árbol perennifolio originario de Nueva Zelanda. Alcanza una altura de 8 metros, y tiene una copa ancha. Las hojas son pinnadas, verdes y muy pequeñas, de 3-6mm de largo por 2-5mm de ancho. En primavera brotan numerosos racimos florales de color amarillo.
Es una planta apta para cultivar en climas templados y en los subtropicales, puesto que soporta hasta los -15ºC. Colocar a pleno sol, y en suelos o sustratos ricos en materia orgánica.
Sophora tomentosa
Imagen – Wikimedia/Forest & Kim Starr
La Sophora tomentosa es un arbusto perennifolio originario del sur de Norteamérica y de América Central. Alcanza una altura de 3 a 4 metros, y sus tallos son tomentosos (de ahí procede su apellido). Las hojas son pinnadas, y las flores amarillas, agrupándose en racimos axilares y terminales.
Es una especie muy interesante, ya que puede cultivarse cerca del mar y tolera la poda. Resiste el frío y las heladas de hasta los -7ºC.
Sophora toromiro
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La Sophora toromiro es un arbusto perennifolio endémico de la Isla de Pascua, donde lamentablemente se ha extinguido. Por fortuna, sigue viva en los jardines. Alcanza los 3 metros de altura, con un tronco principal que puede llegar a los 50 centímetros de diámetro. Las hojas son alternas, pinnadas, y pubescentes con pelos blancos o parduzcos. Las flores se agrupan en racimos y son amarillas.
Crece en sombra o con sombra parcial, en terrenos fértiles. Soporta hasta los -5ºC.
¿Qué te han parecido estos tipos de Sophora? ¿Conoces otras variedades?