El abono orgánico es la alternativa más natural, sostenible y económica para enriquecer el suelo del huerto y el jardín con nutrientes esenciales. Elaborar tu propio abono permite aprovechar los residuos orgánicos, reducir la producción de basura y evitar el uso de fertilizantes químicos que pueden resultar dañinos para el medioambiente y la salud del ecosistema.
¿Qué es el abono orgánico y por qué es importante?
El abono orgánico es una mezcla de materiales de origen vegetal y animal en proceso de descomposición, que restituyen y mejoran la fertilidad del suelo. Su función principal es aportar nutrientes clave como nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio a las plantas, promoviendo un crecimiento sano, floraciones abundantes y cosechas de alta calidad.
Entre las numerosas ventajas del abono orgánico destacan:
- Aprovechamiento de residuos orgánicos generados en casa o el jardín.
- Aumento de la actividad microbiana y macrobiológica en el suelo, lo que favorece la retención de nutrientes y la absorción de agua.
- Mejora de la estructura y aireación del suelo.
- Reducción de la contaminación causada por fertilizantes sintéticos.
- Recuperación y mantenimiento de la materia orgánica en el suelo, contribuyendo a la fijación del carbono.
- Impulso a la sostenibilidad, disminución de costes y cuidado del ecosistema.
No obstante, debe tratarse correctamente para evitar la proliferación de posibles patógenos, por lo que es fundamental seguir una correcta elaboración.

Tipos de abono orgánico para el huerto y jardín
El universo de los abonos orgánicos es amplio y se adapta a todo tipo de cultivos, superficies y necesidades. Veamos las principales alternativas que puedes preparar en casa, combinando componentes y técnicas para obtener un fertilizante completo y equilibrado.
1. Compostaje tradicional
El compost es el resultado de la descomposición controlada de residuos orgánicos vegetales y animales. Para realizar un buen compost casero, sigue estos pasos:
- Selecciona un recipiente adecuado: Puedes usar un compostador de plástico, madera o hacer un agujero en el suelo protegido con una malla. La profundidad recomendada es de aproximadamente un metro.
- Añade capas alternas: Coloca una capa de tierra, seguida por restos orgánicos (cáscaras de frutas y verduras, posos de café, restos de poda, hojas secas, césped), y finalmente cúbrelos con más tierra. Evita lácteos, carnes, aceites y productos químicos.
- Mantén la humedad: Si el clima es seco, riega ligeramente para favorecer la descomposición.
- Remueve la mezcla cada pocas semanas: Esto permitirá oxigenar y acelerar el proceso.
- Espera entre dos y cinco meses: El compost estará listo cuando adquiera un color marrón oscuro, textura esponjosa y olor a tierra húmeda.
El compost aporta una gran cantidad de nutrientes, mejora la estructura del suelo y aumenta la vida microbiana, siendo apto para todo tipo de plantas.
2. Humus de lombriz
El humus de lombriz es considerado uno de los mejores abonos orgánicos, ya que es el resultado del trabajo de las lombrices (especialmente Eisenia foetida, las llamadas «lombrices californianas»).
- Para obtenerlo, basta con instalar una lombricompostera y alimentar las lombrices con restos vegetales. Ellas procesarán estos residuos y los transformarán en un abono rico en microorganismos, nutrientes y sustancias bioestimulantes.
- Se puede usar sólido o líquido (humus líquido, extraído mediante filtrado), y es excelente para plantas en maceta, semilleros, huertos y jardines.
El humus de lombriz mejora la estructura física y química del suelo, aumenta la retención de nutrientes, potencia la floración y el desarrollo radicular y protege contra enfermedades del suelo.

3. Té de compost y té de plátano (banana)
El té de compost y el té de plátano son extractos líquidos obtenidos a partir de compost maduro o cáscaras de plátano. Estos líquidos concentran nutrientes y microorganismos beneficiosos que pueden aplicarse mediante riego o pulverización.
- El té de compost se obtiene remojando un poco de compost maduro en agua durante 24 a 48 horas, removiendo ocasionalmente. Finalmente se filtra y se aplica diluido para mejorar la vida microbiana del suelo.
- El té de plátano se prepara herviendo cáscaras de plátano en agua, se deja enfriar y se riega cerca de la base de las plantas. Es ideal en épocas de floración y fructificación gracias al alto contenido de potasio.
4. Cáscaras de huevo trituradas
Las cáscaras de huevo son ricas en calcio, un micronutriente fundamental para prevenir la podredumbre apical en tomates, pimientos y calabacines, y para la formación de paredes celulares en las plantas.
- Se deben lavar y secar bien, para después triturarlas finamente y esparcirlas sobre la superficie de la tierra o mezclarlas con el compost.
- Además, actúan como repelente de caracoles y babosas si se usan en trozos más grandes.
5. Posos de café
Los posos de café, un residuo muy frecuente en los hogares, son una fuente de nitrógeno y materia orgánica.
- Pueden añadirse directamente al compost o espolvorearse moderadamente sobre el sustrato.
- Mejoran el drenaje, la retención de agua y aportan nutrientes gradualmente.
- Favorecen la presencia de lombrices y pueden emplearse para plantas acidófilas.
6. Abono de cáscaras de papa
Las cáscaras de papa pueden ser recolectadas y utilizadas para preparar una infusión especialmente útil para riego en plantas de interior. Evita esparcirlas en el jardín, ya que pueden atraer roedores. Resultan enriquecedoras en materia orgánica y minerales. Se recomienda regar con la infusión de cáscaras de papa cada dos meses, especialmente en épocas de menor luz solar.
7. Estiércol animal
El estiércol de vaca, caballo, oveja, cabra o aves es otro clásico de la fertilización orgánica. Se recomienda usarlo bien compostado para evitar la presencia de patógenos y semillas de malas hierbas.
- El estiércol es rico en nitrógeno y otros micronutrientes esenciales.
- Debe mezclarse con la tierra varios meses antes de plantar, para que termine de descomponerse.
8. Cenizas de madera
La ceniza de madera es un valioso aporte de potasio, fósforo, calcio y magnesio. Para usarla correctamente:
- Recoge la ceniza de madera natural (sin barnices ni pinturas).
- Dilúyela en agua o espolvorea una pequeña cantidad sobre el suelo.
- Es ideal para mejorar suelos ácidos y aportar potasio durante la floración y fructificación.
9. Hierba y césped cortado
El césped recién cortado y las malas hierbas pueden aprovecharse mediante la preparación de un «purín verde»:
- Llena un recipiente grande con los recortes y añade agua suficiente para cubrirlos.
- Deja fermentar durante uno o dos días.
- Diluye una taza del líquido resultante en diez tazas de agua y riega tus plantas.
Este purín es rico en nitrógeno, ideal para estimular el crecimiento vegetativo.
10. Bocashi
El Bocashi es un abono fermentado de origen japonés, elaborado con una mezcla de residuos orgánicos, salvado, melaza y microorganismos de montaña. Aunque su preparación es más compleja, ofrece un aporte muy completo de nutrientes y mejora la estructura biológica del suelo. El Bocashi es ideal para revitalizar suelos cansados y aportar un extra de energía al huerto.
Otras recetas y alternativas de abono ecológico casero
Purin de gallinaza
Si cuentas con gallinas, el purín de gallinaza es un fertilizante potente en nitrógeno. Basta con diluir la gallinaza bien compostada en agua y aplicarla durante los ciclos de mayor demanda nutricional, como el crecimiento vegetativo.
Enraizante de lentejas
Para facilitar la propagación de esquejes, puedes preparar un enraizante natural licuando lentejas germinadas y filtrando el líquido. Este preparado estimula el desarrollo de raíces y es 100% natural.
Errores frecuentes y consejos para un abono orgánico de calidad
- No añadir restos animales, lácteos ni aceites al compost.
- Asegúrate de que haya aireación suficiente: remueve el compost cada 2 a 3 semanas.
- No permitas que se seque completamente, pero tampoco lo empapes en exceso; la humedad debe ser similar a una esponja escurrida.
- Evita semillas de malas hierbas en el compost sin alcanzar temperaturas suficientes para destruirlas.
- No uses cenizas de madera tratada ni restos contaminados.
- Deja madurar los estiércoles y compost antes de su aplicación.
¿Por qué elegir abonos orgánicos y evitar fertilizantes químicos?
El uso continuado de fertilizantes químicos afecta negativamente al suelo al provocar su acidificación, desequilibrio de pH, contaminación de aguas y mengua en la diversidad biológica. En cambio, los abonos orgánicos ofrecen múltiples beneficios, entre ellos:
- Regeneran el suelo y restauran su fertilidad natural.
- Fomentan cosechas sanas y sabrosas, libres de residuos tóxicos.
- Permiten la agricultura ecológica y sostenible en jardines, huertos urbanos y rurales.
- Reducen el desperdicio doméstico y ayudan a afrontar el cambio climático.
- Incrementan la resistencia de las plantas frente a plagas y enfermedades.
La elaboración de tus propios abonos orgánicos es una práctica enriquecedora, sencilla y eficaz, que te permitirá cuidar de tus cultivos y del planeta con pequeños gestos cotidianos. Integrar abonos orgánicos en tu huerto o jardín marca la diferencia en la vitalidad de las plantas, la salud del suelo y la sostenibilidad de tu entorno. Con técnicas como el compostaje, el uso de humus de lombriz, la aplicación de tés y fertilizantes caseros a base de residuos del hogar, tendrás cultivos más fuertes, ecológicos y productivos, mientras contribuyes al bienestar ambiental y obtienes cosechas llenas de sabor y nutrientes.
