¿Has oído hablar alguna vez de los limones dulces? Se trata de una variedad de cítrico que tiene una amplia tradición en nuestro país, pero que ha ido cayendo progresivamente en el olvido. Hasta el punto en que, hoy en día, son pocos los que se dedican a su cultivo.
Sin embargo, el limonero que da esta fruta es sencillo de cuidar y puedes incorporarlo tanto en un huerto como en un jardín. De hecho, este es uno de esos árboles ideales para plantar en maceta, así que puedes ponerlo en cualquier rincón de tu hogar. ¡Vamos a conocerlo un poco mejor!
¿Qué es exactamente el limón dulce?
Este es un término bastante genérico que usamos para denominar a los híbridos de cítricos con pulpa que tienen un bajo nivel de acidez. Dicho de una forma mucho más sencilla, para hablar de limones que no cumplen la característica más destacada de esta fruta: ser ácidos.
Con ellos ocurre todo lo contrario a lo que esperamos cuando abrimos un limón, porque su carne resulta ser dulce. Así que lo ideal es tomarlo como si se tratara de cualquier otra fruta. Y no vamos a poder aplicarlo a otros usos que le damos al limón ácido, como utilizarlo para aliñar ensaladas u otro tipo de platos.
Su textura también resulta algo diferente a la que nos proporciona el limón clásico, así que probarlo resulta ser toda una experiencia para los sentidos.
Una especie en riesgo de desaparición
La historia de los limones dulces en España no está del todo clara. Se sabe que esta variedad fue introducida en la península por los musulmanes en algún momento entre los siglos X y XII. Se han encontrado referencias históricas de esta fruta en el siglo XVIII, pero desde entonces ha ido cayendo en el olvido.
En el Valle del Guadalhorce se cultivan hasta tres variedades de limoneros de limón dulce, pero la producción no llega a la cadena de distribución, porque no se trata de una fruta que tenga demanda en nuestro país.
A día de hoy, quienes cultivan este árbol, lo hacen más por mantener la tradición que porque ganen algo realmente con él.
A nivel internacional, esta fruta tampoco ha tenido mejor suerte. Existe un planta de limón dulce conocida como Ujukitsu que es originaria de Japón (es un híbrido entre el pomelo y la mandarina), y su fruto acabó siendo conocido en Estados Unidos como «fruta de limonada», por lo dulce de su sabor.
En Estados Unidos esta variedad se propagó a través del USDA Rio Farm, pero el centro fue cerrado a principios de los años 80 del siglo pasado y los limones dulces perdieron popularidad.
Características de los limones dulces
Este es un árbol que puede llegar a alcanzar hasta 8 metros de altura, aunque la variedad Ujukitsu de la que hablábamos antes es más bien tipo planta y mide entre 0,5 y 1 metros. No obstante, incluso su variedad más grande, se puede cultivar a tamaño reducido si se hacen las podas adecuadas.
Es un árbol que se caracteriza por tener una copa densa formada a base de ramas irregulares. Su corteza es de madera blanca con un color grisáceo, y hay que tener cuidado con ella porque el árbol tiene espinas duras.
En primavera tiene unas flores de color blanco de unos tres centímetros de ancho que destacan por su buen aroma. A partir de ellas se dará la formación de la fruta, que madura entre el otoño y el invierno en lugares donde la temperatura es cálida.
Por lo que se refiere al fruto, este tiene una forma que nos recuerda a una pera. Con una cáscara más gruesa y arrugada que la de un limón ácido.
Plantar y cuidar limones dulces
Este árbol se puede plantar a través de semillas, pero también es posible hacer un injerto de una de sus ramas en otro limonero. En cualquier caso, los cuidados que hay que brindarle son muy similares a los que necesita cualquier otro árbol de cítricos.
El limonero prefiere las temperaturas cálidas y le encanta recibir el sol de manera directa durante un mínimo de seis horas al día.
Se puede plantar directamente en el suelo, aunque para controlar su crecimiento es mejor ponerlo en una maceta que sea grande.
Un dato importante a tener en cuenta es que puedes tener los limones dulces dentro de casa si vives en una zona que sea fría. Eso sí, procura colocar las macetas en un lugar en el que las plantas reciban toda la luz natural que necesitan para poder crecer.
El suelo tiene que estar bien drenado, porque este árbol no lleva bien el encharcamiento de las raíces y podría empezar a pudrirse. En caso de que lo tengas en una maceta, asegúrate de que los agujeros que tiene son suficientes para drenar todo el agua que sobre.
Riego y fertilización
Por lo que se refiere a la frecuencia de regado, en primavera y verano debes regarlo con frecuencia, de tres a cuatro veces por semana. Pero recuerda lo que hemos dicho el encharcamiento. Es mejor regar más días aportando una cantidad moderada de agua cada vez, que regar con menos frecuencia y aportando mucha más agua en cada riego.
En otoño e invierno, si estás en una zona que recibe lluvias de manera periódica, puedes dejar que el árbol siga su ciclo vital normal con tan solo este agua. No obstante, si ves que no llueve, riégalo de vez en cuando aunque sea en pleno invierno.
Un poco de fertilizante conseguirá que tus limones dulces estén todavía más bonitos y den más frutos. En este caso basta con aportar abono tres veces al año: en primavera, verano y en otoño. La cantidad depende del estado del árbol, pero asegúrate de que sea un abono rico en nutrientes.
Si cuidas bien esta planta, tendrás en casa un árbol que te ofrecerá una fruta que te sorprenderá por su sabor y sus múltiples propiedades beneficiosas. Te aseguro que no te vas a poder resistir al encanto de los limones dulces. ¿Tienes la suerte de tener uno en casa? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!