Oomicetos: síntomas y tratamiento

El mildiu es un oomiceto

Imagen – Wikimedia/Rude

Es habitual confundir los oomicetos con los hongos verdaderos, ya que los síntomas y daños que provocan son prácticamente los mismos. Pero además, el tratamiento que se aplica para unos, también puede servir para los otros.

Aún así, pienso que es muy importante conocer a los oomicetos, unos organismos que afectan a numerosas de especies de plantas en todo el mundo.

¿Qué son los oomicetos?

Los oomicetos afectan a las semillas

Imagen – Wikimedia/Olivier Ruiz

Los oomycetos son pseudohongos (falsos hongos) que pertenecen al grupo de protistas Oomycota (u Oomycetes). Las especies se clasifican dependiendo de su forma de alimentarse. Así, por un lado tenemos a las saprófitas, que son las que se alimentan de materia orgánica en descomposición, y las parásitas.

Estas últimas tienen un especial interés en la agricultura y jardinería, pues son las que pueden acabar con la vida de las plantas si no se toman medidas a tiempo.

¿Cuáles son sus características?

Se trata de una serie de organismos que tienen una pared celular compuesta de celulosa. Además, a lo largo de su vida alterna fases diploides, en los que las células presentan dos conjuntos de cromosomas homólogos en sus núcleos celulares, con fases haploides en las que las células tienen un único juego de cromosomas.

La fase haploide, en estos organismos, es la fase de reproducción. Esta es sexual cuando produce gametangios; es decir, anteridios y oogonios. En ellas se produce la división meiótica, que dará lugar a una oospora diploide que tendrá sus paredes celulares gruesas. Esta se liberará, y terminará por producir hifas a partir de las cuales se desarrollará el esporangio.

Por otro lado, la fase asexual es la que ocurre cuando las esporas asexuales motiles, llamadas zoosporas, tienen un flagelo que se dirige hacia delante, y otro hacia atrás. Estos se encuentran en medios en los que la humedad se mantiene alta, como el sustrato de una planta.

¿Por qué los oomicetos no son hongos?

Durante mucho tiempo se creyó que lo eran. De hecho, los clasificaron dentro del reino Fungi. Pero hoy en día se sabe que los oomicetos y los hongos tienen pocas pero importantes diferencias:

  • La pared celular de los oomicetos es de celulosa. Los hongos la tienen de quitina.
  • No suelen ser organismos septados. Las células de los hongos, en cambio, sí se dividen mediante sus paredes internas.
  • Mientras crecen, nuestros protagonistas tienen núcleos diploides, y no haploides como los hongos.

Por todo ello, ahora están dentro de la clase Heterokonta o estramenopilos, que comparten con las diatomeas por ejemplo.

Tipos de oomicetos

Se estima que hay unos 700 tipos de oomicetos, entre los cuales distinguimos los siguientes:

Mildiu

El mildiu afecta a las plantas

Imagen – Wikimedia/Rob Hille

El mildiu es una enfermedad muy, muy común en las plantas, que provoca que las hojas se cubran de una especie de polvillo blanco. Dependiendo de la variedad, encontramos alguna que parece tener predilección por un tipo concreto de especies vegetales.

Por ejemplo, el Plasmopara viticola afecta especialmente a la vid, por lo que se conoce como el mildiu de la vid.

Phythium

El Phythium es un hongo parásito

Imagen – Flickr/John Kaminski

Los Phythium son un grupo de oomicetos que afecta a un número aún mayor de plantas. A las plantas jóvenes, como por ejemplo las de semillero, les puede causar daños irreversibles e incluso la muerte. Pero cuando son adultas, y si están sanas, es difícil que les causen problemas serios, más allá de algún síntoma leve como unas pocas manchitas marrones en las hojas.

Asimismo, es interesante decir que la especie P. oligandrum parasita a otros oomicetos, por lo que se se utiliza como agente de control biológico.

Phytophthora

El fitoftora es un oomiceto

Imagen – Wikimedia/Rasbak

Es un género de oomycetos que atacan a muchas, muchas especies de plantas. Son bastante específicos a la especie que atacan; quiero decir, que las especies de Phytopthora tienen preferencia por un tipo determinado de planta.

Por ejemplo, el P. ramorum afecta especialmente a los robles, causándoles la muerte; y el P. infestans es común en plantas como el tomate.

¿Cuáles son los síntomas y daños que provocan?

Va a depender mucho de la especie de oomiceto que ataque a las plantas. Pero en general, los síntomas y daños que veremos son los siguientes:

  • En las hojas: manchas amarillentas o marrones, polvo blanquecino, caída prematura.
  • En el tronco: chancros, grietas. Muerte temprana de ramas.
  • En los frutos: manchas marrones o negruzcas, pudrición de los frutos. A menudo, el tallo que los une a las ramas se vuelve negruzco, como ocurre en el tomate.

¿Cómo se tratan?

Aunque no son hongos, se puede tratar con los mismos productos; es decir, con fungicidas. Pero para que el resultado sea el que se espera, es importante identificar antes la enfermedad y buscar un tratamiento que esté diseñado para tratar esa enfermedad en concreto.

Uno de los más recomendados es el cobre. Los fungicidas cúpricos actúan por contacto, y dependiendo de la composición puede ser natural y por lo tanto apto para la agricultura ecológica. Resulta especialmente útil como preventivo en semilleros y plantas jóvenes, pero también es bastante eficaz como curativo.

El Fosetil-Al es un fungicida sistémico. Las hojas lo absorben, y a partir de ahí se distribuye por toda la planta. Se utiliza mucho para combatir el mildiu y la Phytopthora. El producto más conocido que tiene esta composición es el Aliette, de Bayer, recomendado especialmente para el amarronamiento de las coníferas. Puedes comprarlo aquí.

¿Se pueden prevenir los oomicetos?

Las plantas se pueden prevenir de los oomicetos

Como siempre que se habla de organismos patógenos, no se puede prevenir al 100%. Lo que sí se hace es tomar una serie de medidas que ayudarán a minimizar los riesgos. Son las siguientes:

  • Comprar plantas sanas. Si tienen manchas marrones, tallos negros, o en definitiva mal aspecto, no se deben de llevar a casa.
  • Regar solo cuando sea necesario. El exceso de humedad en las raíces debilita a la gran mayoría de plantas, salvo a aquellas que sean acuáticas.
  • Asegurarse de que el drenaje del suelo sea bueno, e instalar sistemas para mejorarlo en caso de que se formen charcos que tarden horas o días en absorberse. Más información.
  • Separar, en la medida de lo posible, las plantas enfermas de las sanas. Lo ideal es tener un espacio habilitado donde tenerlas, en la que estarán aisladas hasta que mejoren.
  • Para las macetas: usar sustratos adecuados para las plantas, y nuevos. Además, las macetas han de estar limpias y desinfectadas.

Esperamos que te haya sido de interés.


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