¿Cómo cuidar plantas?

Se puede aprender a cuidar plantas desde joven

Imagen – Flickr/ionea.

¿Cómo cuidar plantas? Es una pregunta que todos nos formulamos cuando nos iniciamos en la jardinería, y también una de las que nos puede traer más satisfacciones. Y es que no hay nada como conocer las variedades que nos interesan para proporcionarles los mejores cuidados posibles. Además, si les vamos haciendo fotos podremos comprobar cómo van creciendo a medida que va pasando el tiempo.

Porque las plantas, si bien a menudo da la impresión de que no se mueven, en realidad sí lo hacen, pues el crecimiento implica que las células se dividan, y para eso han de moverse. Así pues, qué mejor que empezar poniendo en práctica unos cuantos trucos que, esperamos, te sirvan para cuidar de tus queridas plantas.

Ten ilusión

Lo primero y más importante que, pienso, no debe de faltar nunca es la ilusión. Ilusión por aprender, por mejorar, por ir proporcionándoles a las plantas unos cuidados que irán siendo cada vez más adecuados. Es importante que disfrutemos cuidándolas, porque sino significaría que realmente no nos interesan o que preferimos hacer otras cosas.

Pero si la tenemos, entonces podremos entrar en materia.

Asegúrate de que no les falte luz

Las plantas necesitan luz para crecer

Todas las plantas necesitan luz, ya que esta es imprescindible para que puedan realizar la fotosíntesis y, así, crecer. La falta de ella hará que se etiolen, es decir, que los tallos se doblen e incluso se alarguen en dirección a la luz más intensa que encuentren.

Hay algunas que son amantes del sol directo, como los girasoles, la gran mayoría de suculentas (cactus y crasas), los claveles o muchos árboles, como los olivos o los Ficus. Por este motivo, no se aconseja cultivarlas en sombra, ya que al final se debilitarían y morirían.

Ahora bien, existen muchas variedades que lo que quieren es sombra (pero no oscuridad; siempre han de estar en una zona en la que haya mucha claridad), y hay una inmensa mayoría que se pueden cultivar como plantas de interior, como por ejemplo: helechos tropicales (Asplenium nidus, Davallia, Nephrolepis, Pteris), Philodendron, Monstera, Zamioculca, kentia o Howea forsteriana, etc.).

Plántalas en macetas mayores cada vez que sea necesario

Uno de los errores que más se cometen es el de comprar una planta y no cambiarla de maceta nunca, o muy pocas veces a lo largo de su vida. Cuando las plantas llegan al vivero, listas para su venta, casi siempre están muy bien enraizadas. Esto se hace así porque una vez que alguien las compra, siempre que sea la época adecuada, podrá trasplantarla a otra maceta o al suelo sin que surjan problemas.

Pero claro, si se dejan en esos recipientes durante mucho más tiempo, como se han quedado sin espacio para crecer algunas lo que hacen es crecer hacia arriba de forma exagerada, como si quisieran salirse de la maceta. Otras, como por ejemplo los árboles y las palmeras, detienen su crecimiento y van muriendo poco a poco.

Con el fin de evitar esto, siempre que veas una planta con raíces asomando por los agujeros de drenaje de su maceta, o si a simple vista ves que se ha quedado sin espacio para continuar creciendo, entonces plántala en otra más grande, o en el suelo. La época idónea es a finales del invierno, o bien si se trata de plantas cultivadas en interior en primavera, cuando esta se haya asentado.

Daphne odora
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No florecen mejor en macetas estrechas

Las plantas necesitan espacio para florecer

Imagen – Wikimedia/Fanghong

Existe la creencia de que una planta que se cultive en macetas estrechas va a crecer y florecer mejor que si está en una ancha. Por ejemplo, esto se dice mucho de las clivias y de las patas de elefante (Beaucarnea recurvata).

Yo misma tengo esas dos variedades en el jardín, y fue plantarlas en el suelo y ver cómo crecían más rápido y con más salud. Y es que una maceta estrecha lo único que hace es ralentizar el crecimiento, ya que las raíces la llenan rápido.

La planta florecerá, por supuesto, pero para florecer necesita espacio para sus raíces, y también nutrientes, los cuales en un recipiente pequeño escasean pronto; por eso es más que probable que solo produzca flores un año, quizá dos.

Riega con agua sin cal, o con poca

En muchos lugares del mundo, como en la isla de Mallorca por ejemplo, el agua que sale del grifo tiene tanta, tanta cal que las tuberías se han de revisar con frecuencia. Si se riega una planta con ella, no pasa mucho tiempo hasta que ves la maceta o las hojas con puntitos o incluso manchitas blancas.

Esto a algunas especies no les supone un problema: olivos, acebuches, tomillos, almendros, etc.; pero a las que se cultivan en interior y a las acidófilas (brezos, camelias, magnolias, gardenias, azaleas, entre otras) sí, porque las altas concentraciones de cal obstruyen los poros de sus raíces, aumentan el pH del agua y de la tierra, y por consiguiente, algunos nutrientes como el hierro y/o el manganeso quedan bloqueados, no disponibles para ellas.

Pero no te preocupes, porque puedes hacer varias cosas para eliminar o reducir la cal del agua, como por ejemplo conseguir un descalcificador que va enroscado directamente en el grifo.

Trata las plantas con tierra de diatomeas para evitar plagas

La tierra de diatomeas es un producto natural, que bien podría confundirse con harina. Es muy ligera, tanto es así que se ha de evitar aplicarla en días en los que sople mucho el viento. Además, no deja residuo alguno, y es muy segura tanto para los humanos como para los animales, excepto para los insectos o parásitos pequeños.

Yo la llevo usando tanto como para prevenir como eliminar plagas de todo tipo: cochinillas, pulgones, araña roja, trips, hormigas,… ¡incluso para las pulgas! Para ello, lo que hago es mojar la planta con agua, y luego echarle tierra de diatomeas, como si echase sal a la ensalada. En el vídeo tienes más información al respecto.

Cuida tus plantas con productos orgánicos

Lo mejor es usar productos que respeten al medio ambiente. Si usamos un fertilizante, un químico, podríamos correr el riesgo de perjudicar a los insectos beneficiosos, como las abejas o las mariposas, puesto que cuando fuesen a beber el néctar o a alimentarse del polen, se podrían intoxicar y morir.

Ojo, no estoy diciendo que no haya que usar insecticidas o abonos químicos, sino que siempre que se pueda evitar, será preferible hacerlo. Y es que es posible conseguir fácilmente productos autorizados para la agricultura ecológica, y que son útiles. Te acabamos de hablar de la tierra de diatomeas, que es un excelente insecticida natural, pero hay muchos otros: jabón potásico, aceite de neem (en venta aquí), purín de ortigas, incluso las trampas adhesivas (en venta aquí) son útiles para el control de insectos voladores.

Si queremos abonarlas con abonos ecológicos, tenemos el clásico compost, estiércol de animales herbívoros, abono de algas (en venta aquí), y/o las cáscaras de plátano y de huevo, entre otros.

Limpia las hojas de tus plantas de interior con leche

Puedes limpiar las hojas de tus plantas con leche

¿Sabías que la leche te puede servir para que tus plantas de interior recuperen su brillo natural? Cada vez que las veas con polvo, es muy interesante limpiarlas con leche. Es un truco casero muy sencillo, con el que tus macetas van a estar resplandecientes.

Y es que a diario las motas de polvo se acumulan… allá donde caen. En los muebles no se ven mucho, pero en las plantas sí. A ellas además les puede perjudicar, ya que si se llega a acumular una gran cantidad en la superficie de sus hojas, tendrían problemas para respirar y se volverían marrones. Por eso, es bueno limpiarlas una vez por semana.

Limpieza de plantas
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Así, con estos trucos caseros, podrás cuidar tus plantas como un experto.


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