Qué se necesita para cultivar una planta

Las plantas que se cultivan necesitan cuidados

Si te acabas de introducir en el mundo de la jardinería y te gustaría empezar a tener tus propias plantas germinadas, vas a tener que comprar una serie de cosas para que la experiencia sea muy gratificante y que tus vegetales puedan tener un buen desarrollo.

Así pues, veamos qué se necesita para cultivar plantas sanas y fuertes.

Para que una planta pueda crecer correctamente necesita luz, aire, tierra fértil y agua. Sólo con esto, podrás tener en poco tiempo una terraza espléndida, o un huerto que te dará muchos frutos. Teniendo esto en cuenta, lo que tienes que adquirir si no lo tienes ya es lo siguiente:

Semillero

Se han de sembrar las semillas en semilleros

Si tienes intención de sembrar semillas y verlas crecer (recuerda que no es lo mismo sembrar que plantar), vas a necesitar algo que te sirva de semillero. Esto puede ser bandejas de semillero, como las que se usan para cultivar plantas comestibles, o las forestales que son aquellas cuyo alvéolos tienen una profundidad mayor.

Otros semilleros igualmente útiles son por ejemplo las macetas, siempre que cuenten con agujeros en su base, o las pastillas de turba (o Jiffy). Estas últimas son muy interesantes, pues no solo hay de distintos tamaños, sino que además son biodegradables. Esto significa que se puede enterrar en el suelo, sin tener que sacar la planta de la pastilla, y con el tiempo se desagradará sin causar daño alguno ni a la planta ni al medio ambiente.

Macetas

Una vez que las plantas recién germinadas alcancen una altura de unos 5-10cm, tendrás que pasarlas a macetas individuales para que puedan seguir creciendo. Es necesario que tengan agujeros en su base, pues realmente las únicas que pueden estar en macetas sin agujeros son las acuáticas, el resto no. De hecho, tampoco sería buena idea optar por ponerles un plato debajo, aunque hay excepciones:

  • Hay ciertas carnívoras, como las Sarracenia, que pueden tenerlo. Es más, durante el verano es casi obligatorio, pues consumen mucha agua, la cual ha de ser destilada o de lluvia.
  • Lo mismo pasa con algunas palmeras. Por ejemplo, a las Archontophoenix no les importa tener un plato con agua durante la temporada estival si las temperaturas son altas (de 30ºC o más).
  • Los arces japoneses que se cultivan en el mediterráneo, debido a las temperaturas tan altas que llegan a alcanzar en agosto, también lo agradecen. Eso sí, con ellos hay que tener más cuidado y evitar que el plato esté lleno de agua siempre. Lo que yo hago, por ejemplo, es regar por arriba, es decir, mojando la tierra, controlando la cantidad de agua que le echo para que en el plato solo acabe un poquito de agua.

Pero en caso de duda, siempre va a ser mejor no ponerle. Más vale prevenir.

Tierra

La tierra de cultivo ha de ser adecuada

Imagen – Wikimedia/MerileyR

Dependiendo de la planta que cultives, puedes necesitar un tipo de tierra u otro. Por eso, dependiendo de si se va a tener en maceta o en el suelo, hay que tener en cuenta lo siguiente:

Sustrato para macetas

No existe un sustrato ideal para todo tipo de cultivos, pues todas tienen necesidades específicas de su especie; es decir, por ejemplo las plantas que conocemos como ácidas, podrán crecer bien en aquellos sustratos con un pH bajo, entre 4 y 6, pues si se tuviesen en uno con un pH de 7 o superior, acabarían con clorosis férrica debido a la falta de hierro.

Con las orquídeas pasa algo similar, pues también son plantas generalmente ácidas. Pero también hay que tener en cuenta que muchas, como las Phalaenopsis, son epífitas, es decir, que crecen sobre las ramas de otras plantas. Por este motivo, su sustrato no será la turba, sino la corteza de pino (en venta aquí) ya que será esta la que permita a las raíces tener un buen crecimiento.

Por otro lado, tenemos a las plantas suculentas y similares. Cactus, crasas, arbustos y árboles suculentos… Todos ellos son muy, muy sensibles al exceso de riego. Crecen en suelos arenosos con un excelente drenaje, por eso si se tienen en macetas es recomendable hacer mezclas, por ejemplo:

  • Turba negra con perlita al 50%.
  • Akadama con pómice al 50%.

O incluso se puede poner 100% pómice. En este artículo tienes más información sobre sustratos.

Jardín

Dependiendo del tipo de suelo que tengamos en el jardín o huerto, podremos cultivar unas plantas u otras. Por eso, tenemos que conocer el tiempo de tierra que tenemos, y para ello podemos coger una muestra y llevarla a analizar, o bien realizando lo siguiente:

  1. Coge una muestra.
  2. Humedécela (pero sin empaparla).
  3. Cógela de nuevo.
  4. Apriétala y suéltala.

Ahora puede pasar cualquiera de estas cosas:

  • Si se deshace por completo, es que tienes un suelo arenoso.
  • Si mantiene su forma, es que es arcilloso.
  • Si se deshace un poco pero mantiene la forma, es un suelo limoso o intermedio.

El siguiente paso será saber su pH, pues de este modo sabrás realmente cuáles son las plantas que puedes tener. Para esto bastará con que te hagas con un medidor de pH de suelo (como este), e insértalo en la tierra. Al instante verás que te lo indica.

Recuerda que:

En este artículo encontrarás una serie de plantas que, además de resistir la sequía, crecen bien en suelos neutros y en los alcalinos.

Sistema de riego

Hay muchos tipos de sistemas de riego para cultivar plantas

Es muy importante regar las plantas. El agua es esencial para la vida, de modo que no podemos descuidar el riego. Para ello se puede utilizar una regadera, pero asegúrate de que lleva incorporada la »alcachofa» (por donde sale el agua). Otra forma de regar las plantas es instalando (o haciendo) un sistema de riego por goteo, o con una manguera.

Procura que, al regar, el agua humedezca bien todo el sustrato o tierra. Si vieses que no se absorbe, en caso de tenerlas en la maceta, cógela y métela en un barreño con agua durante una media hora, para que la tierra se reblandezca y recupere su capacidad de absorción; si por el contrario está en el suelo, con un aireador podrás agujerear un poco el suelo facilitando el drenaje del agua.

Abonos

El abono es muy necesario para las plantas, excepto para las carnívoras. Durante toda la temporada de crecimiento -primavera y verano- tendrás que abonarlas de vez en cuando para que no les falte de nada. Y es que requieren nutrientes para realizar sus funciones vitales, tales como respirar, realizar la fotosíntesis, crecer o florecer.

Hoy en día en el mercado es posible encontrar fertilizantes para casi cualquier tipo de planta. Estos normalmente están listos para su aplicación, aunque si adquieres los solubles en agua, tendrás que disolver la dosis que verás indicada en el envase en dicho líquido antes de nada. Ahora bien, si prefieres practicar la jardinería o la agricultura ecológicas, no dudes en utilizar abonos orgánicos.

El guano, el estiércol, el humus, el compost… Todos estos abonos son completamente naturales y no dañan en absoluto al medioambiente. Aquí tienes más información sobre el tema.

Insecticidas y fungicidas

Sulfato de cobre

Imagen – Alternativa Ecológica

En el caso de que tus plantas se pongan enfermas, tendrás que tratarlas con insecticidas y/o fungicidas, dependiendo de si están débiles como consecuencia de plagas, o por una infección de hongos. Estos productos pueden ser sintéticos (químicos), o bien naturales, como el Aceite de Neem o el cobre.

Si vas a utilizar productos químicos, utiliza como mínimo guantes de protección (mejor si son de goma). Además, es importante que se utilicen los días con buen tiempo, sin viento. Asimismo, se tienen que aplicar al atardecer, cuando la planta a tratar ya no reciba la luz del sol directamente, pues de lo contrario se quemaría.

Una vez tengas todo esto, podrás empezar a cultivar tus plantas.


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